viernes, 9 de noviembre de 2018

Conversación en la Catedral. Primera impresión de lectura

Conversación en la Catedral
Primera impresión


Es una conversación inacabada entre el "Afro Peruano" Ambrosio y el venido a menos por voluntad propia Santiago Zavala, que despreció fortuna y apellidos por -¿No se dice explícitamente?- orgullo.

En un momento de su opulenta adolescencia, descubre a su padre una noche, entrar en la pieza de su chofer Ambrosio.
Ahí cambió su vida para siempre, y toda la trama de la novela transcurre, al parecer, sobre ese trauma.


La Dictadura por la que atravesaba Perú, hecha hueso y carne por "Cayo mierda" era un telón nebuloso del conflicto de Santiago, lo que recuerda la novela de la Santandereana Silvia Galvis, Sabor a mí, en la que el Gobierno de Rojas Pinilla se evapora en la neblina del entretenimiento "holliwodesco" que además las llamadas clases pudientes reverenciaban.
¿ Qué tipo de homofobia atacó a Santiago; hubiera sido igual si lo hubiera visto con una mujer del servicio doméstico y no con su chofer?

De todas maneras no sé sabe si Santiago tiene plena conciencia de las preferencia sexuales de su padre, y su conversación con Ambrosio nunca gira al rededor de eso; pero por si las moscas reniega de todo y se vuelve menos que un proletario para asombro del asombro de sus hermanos, y el amor incondicional de su padre que nunca supo, ni su familia, que él sabía de tal cosa.
Conversación en la catedral, hace que la renovada literatura latinoamericana sea reconocimiento de las sociedades hacia si mismas y en torno a otras, que al parecer es un presupuesto para la madurez y la inevitable "Universalización de la literatura" que entre sus muchos efectos descoloniza y des potencia la pretensión de colonia.

La ambientación de la novela es Lima; hermosa ciudad circundada por el Pacífico.
El mar en la novela se deja ver casi al final.