miércoles, 25 de diciembre de 2019

Encarnación del poema

Me preguntaba quien de ellos, bebiendo cerveza en la calle estaría dispuesto a escuchar mi lectura de un poema; me decepcioné al pensar que se entiende popularmente por poesía declaraciones de amor, lloriqueos a la madre al padre, aclamaciones religiosas y otros temas melodramáticos. En otra oportunidad el poeta debía ser un rimador y jocoso.
Seguí caminando, pensando en unos versos de un poema de Rafael Cadenas:

«Si el poema no nace, pero es real tu vida, eres su encarnación…»

Esos muchachos que bebían y escuchaban corridos colombianos a alto volumen... 

¿Eran encarnación del poema…?

Difícil concebirlo, pensé que por eso la poesía como género literario no era para todo el mundo. El poema, de todas maneras leído en otras orbes era como la frontera que nos dibujaba como país.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Dos textos de 1989

(A Amilcar Osorio)
 


Había llegado vendiendo músicas
Espejismo de curiosos tipos

A
trapándome

Advirtiéndome de
mi desatino
Cristalerías

 curvas

que me escindían
 o deformaban

Que me sacaban del tiempo

Dejaban en la noche

un desconocido sentimiento

de distancias



(A Dorian Grey)

La luz del bombillo me revela ante el espejo
También los cristales de las vitrinas

O
tras iluminaciones nos revelan
Los espejos abundan en las

noches oscuras
También nos reflejan

ajenos
al tiempo de la fotografía.

Dic. 2



La libélula


La libélula

I
Seguí el vuelo de la libélula.
El minúsculo helicóptero besó
el espejo de agua que descubrí
al atravesar un follaje
de flores ardientes que escondía espinas...Lloraba al ver
resbalar la sangre de los arañazos. Reía cuando cayó mi lápiz
como ciempiés llevado por hormigas.
II
No entréis al bosque pues hay víboras – Había dicho la maestra-. Pero seguí
al mago irisado al liberarlo... Maravilloso mundo sin motores, me dije. Y miré el espejo...
El irisado en su danza de vuelo
había dejado ondulaciones cristalinas
en la charca.
Entonces vi el color de su extrañeza.

III
Niña, me dijo la maestra, tienes floresardientes en el rostro. Callé. Recorrílos salones de la escuela...
Entonces la vi...

...Sentí la llegada de muchas lágrimas,no podría liberarla

La dorada, la libélula
enamorada de los alumnos ojos
danzaba extasiada
 

Lloré otra vez y volví ... La irisada se había ido.Miré el espejo del agua
vuelto oscuro y estancado.
Me di cuenta que otra vez sangrabaal atravesar veloz la espesura
de las flores de amor ardiente.Entonces lloré y reí de nuevo.

(Texto de 2016)

miércoles, 4 de diciembre de 2019

El abrazo


Les pregunté...
¿Conocéis la paloma de Picasso...
La que vuela con la ramita de olivo en su pico? Me miraron con respeto
los jóvenes de la vida rural de mi país,
y vi en ellos la interrogación

de los chicos de la ciudad.

II

Yo he visto la rueda que se asemeja al timón de un automóvil, me dijo uno de los muchachos en uno de los barrios que visitaba en la periferia de la ciudad...

Supe entonces que las alborotadas aves que salieron de sus voces era un reclamo. 

¡Es cierto...! Gritó una muchacha:
ese timón con la letra D y N rellenas en negro es el tatuaje que tiene mi novio en su brazo. 



IV


Ni círculo, ni ramita de olivo, dijeron a su vez otros muchachos; sabemos por el profesor

que Afrodita tenía como mascota una paloma blanca...
Todos se dispusieron a reír,
a bailar al ritmo de un Reguetón. 



V

Entonces la interrogación de los chicos se me hizo presente:

¿Paz?

(Texto del 2017)