jueves, 14 de octubre de 2021

Despierta el namismo avanzado el siglo XX

En mil novecientos noventa y dos, con Wilson Bejarano, decidimos, quizá llevados por un ventarrón imaginativo, crear un ismo  poético; fuimos a llevárselo a un conocido escritor que manejaba el suplemento cultural del periódico local, pero no nos recibió.

En plena post pandemia covid, avanzado el siglo XXI, mi amigo de viejas  empresas intelectuales, despierta el manifiesto que creamos por esos años, quizá debido al encierro prolongado, y me lo presenta aún joven en remolque existencial.

Mi particular sentimiento a esa fecha, era la nada y el galimatías, (invitar a leer textos oscuros). que Wilson espontáneamente escribía muy bien.


Pero la nada era un empujón de la lanza hacia la realidad; el galimatías era una cortina hecha de líquido amarillo. No sentí alegría en este final de mayo de 2021; con el paso del tiempo la realidad empuja la nada y el galimatías se hace más claro; la ilusión se hace más comestible.

El manifiesto namista, ahora que lo vuelvo a leer, se volvía comedia, exalta la individualidad; un poco de solipsismo era sino una contradicción, una paradoja: en las sociedades donde el egoísmo es benefactor, crece el hambre de la individualidad creativa.


Ahora me rio un poco al recordar con Wilson, en la notaría primera del círculo de Bucaramanga (Así reza) registrando para derechos de autor tal comedia (Ver la fotografía del sello de registro, y elegimos esa notaría pues  al ir a la séptima donde queda  una bella casa colonial de la calle 35 con 10, de la que fuera el primer edificio de Bucaramanga y donde vivió el poeta Pablo Zogoibi, con su compañero de cuarto el historiador  de Bucaramanga Ernesto Camargo Martínez, nos desalentó ver una larga y única fila donde se autentican  documentos de todo tipo con un contundente sello circular.


Víctor Manuel Niño


La sombra del follaje

He visto en hojas distantes que caían de árboles
acariciados por mascotas

un pequeño golpe de alegría

Era más
Era ver en la claridad de la vía

automóviles que se alejaban cada vez
y decirnos en un dictado
acaso de las profundidades del sueño
que las nubes dan un espejo
Y la sombra  del follaje que no dan

somnolientos edificios

lunes, 4 de octubre de 2021

Qué es ¿Hacia una exploración, valga la paradoja, de los «territorios propios», y la observación de la «glocalidad»?

Qué es ¿Hacia una exploración, valga la paradoja, de los «territorios propios», y la observación de la «glocalidad»? Es recordar,  interpretar desde  la «escritura», desde la atmósfera de la historia mundial y lo multicultural. La polémica incide en la divulgación de obras, en el cambio de paradigmas que se está señalando. Glocalidad es un concepto que parte de la economía,  luego pasa a las humanidades; lo definimos en el « pensar territorialidades… como un mapa de la subjetividad en tanto proceso de demarcación de zonas de sentido y de inscripción de modos de habitar el mundo… Dónde se ponen en juego las creencias, los valores, los consensos; lo individual y lo colectivo» (1);  así ponemos el objetivo de búsqueda en los textos de los tallerandos.  Las borrosas fronteras entre lo urbano y lo rural,  el conflicto interno, que  fomenta desplazamientos, fenómenos de  migración internacional, creación de opinión por los medios de comunicación; causas que alimentan la glocalidad, no solamente  del escritor ¿Pero que hace que dada escritura sea aceptada internacionalmente? Una obra, no necesariamente muestra una territorialidad física: « …Se produce en una relación de contigüidad creativa entre los imaginarios territoriales.. Y las experiencias de territorialización /subjetivación a las que abre el proceso de producción de un texto-obra» (Id). Pedro Henriquez  Ureña, modela un contorno desde la glocalidad en 1928 (2); lo nuevo reside en la creación del concepto: globalidad y localidad integrados; el escritor suma su acento.  Saltando la  polémica, aparecía en  la Revista Granta (2021) una selección de latinoamericanos menores de 35 años (3). Valerie Miles polemiza desde  la globalización;  el uso de los  «big data», por las editoriales, creando modas, averiguando el gusto público para manejar el mercado. Se valen, ya de un tópico, llevado al usado en inicio en obras universales como en  «Guerra y paz»: «El estudio de la naturaleza humana.. Creando productos que no solo se adapten a esto sino que continúen homogeneizando los gustos… Personajes carismáticos, escenarios exóticos, sucesos amarillistas, apelación constante a las emociones… Crimen, sexo, manipulaciones, etc» (Id). «La epidemia colombiana por la sicariez» sigue su curso a pesar de una gran modelo como «cóndores no entierran todos los días»(1984), hecho que  ha cambiado. Miles, cree en los autores desde sus propias tradiciones; de su propia prospección (¿exploración de «territorios propios»?) en el hilo de ariadna de su inconsciente colectivo; hacia una superación de lo testimonial, del yo excesivo. En la selección, está el colombiano José Ardila (4), que escribe desde su subjetividad, en Chigorodó (Antioquia), donde confluye una amalgama de tradiciones «mezcla de pieles y de acentos también, de culturas diferentes, de formas distintas de hablar y de percibir el mundo»(id). Granta, trasciende la polémica y da «caza» a esas voces, y en su  búsqueda de  variopintos acentos y aptitudes. Así mismo, le apuesta a la promoción de talleres desde la periferia ¿Pero cada autor lleva en si mismo su periferia, su «inconsciente colectivo»? Indiferentes a las polémicas de envergadura, se encaminan a una validez desde la crítica mundial, los jóvenes  seleccionados, desde sus propias tradiciones» y territorios… ¿Este fenómeno indica un volver a arar desde los campos que hicieron el boom latinoamericano? El reto está, como dice Miles, en el manejo de una impecable técnica ( Selección 2020), como la exploración desde sus propios territorios y tradiciones (selección 2021)

Artículos citados: Constelaciones territoriales en la literatura y el arte contemporáneos de América Latina (2017. En línea). Seis ensayos en busca de nuestra expresión(1928. Revista Cielo Naranja, en línea). Originalidad, actitud y humor: qué buscó 'Granta' en los mejores narradores jóvenes (2021. En línea). José Ardila, el colombiano en “Los mejores narradores jóvenes en español 2” de la revista GRANTA (2021, en línea)