viernes, 25 de febrero de 2022

El caos en mi país y se acercan las elecciones

Nuevamente se acercan las elecciones para  presidente, y la desorientación que  muestra el desintelectualizado ciudadano, proclive al clientelismo; excepto si sabemos que el abstencionismo es mayúsculo; pero estoy completamente de acuerdo, con la desobligación del voto;  en un estado liberal esto es pertinente, a menos que la seducción política mueva. Pero no como sucede, con la retórica de viejos vicios políticos que se ha ha degradado en corrupción de alto grado. En una industria, donde prima  la personalización en política, fruto de una guerra intestina, sin cuartel, e irracional, donde los intereses de élites y nuevos ricos a costa de las arcas del estado han movido.

Los partidos políticos, han sido, como decían las madres que criaban a sus hijos a chancletazos: estas canecas no sirven para nada; eso han sido, «canecas» para propósitos de caciques, patronazgos, nuevos ricos, desempleados, inversionistas caóticos,delincuentes,desorientados ; de manera que eso se prueba, mirando los resultados hoy en día; las canecas de los partidos tradicionales, se ven como carcachas abandonadas, y los que las abandonaron se mueven en movimientos políticos personalistas.



Me he matado la cabeza pensando por quién votar; mientras esos politiqueros comen y retozan en sus hermosas camas, yo como ciudadano pienso en votar, si se trata de personalismos, por Humberto de la Calle; es un humanista, y me parece sincero con sus convicciones, y no tiene ni pizca de esos personajes carismáticos que convencen a esa multitud de gentes que quieren vivir en un país, de oportunidades producto del progreso, no del caos; no puedo entender a los amigos de la guerra y el existencialismo político; al menos de la Calle, es un liberal que me hace querer leer  al clásico colombiano  José María Samper Agudelo, que desde el siglo XIX, extendió al porvenir su mirada; pero por dios ¿Nada que ver con el del proceso 8000?

viernes, 11 de febrero de 2022

El proceso histórico de la literatura Latinoamericana

Por Víctor Manuel Niño




Con la colonia española, se traslada al nuevo continente las disputas europeas; de manera que los españoles llegaron con el espíritu de la contrarreforma, que aún dominaba en el viejo continente, y que recibiría el renacimiento con la conformación de dos espíritus: los protestantes y los contra reformados.

Este espíritu de los colonizadores españoles, creó el barroco latinoamericano; este movimiento aparece en el siglo XVII, y se intensifican los tópicos que ya venían dándose desde el renacimiento, pero en especial los más negativos: desaparición de los goces, complejidad del mundo que rodea al hombre; en arte el relieve en la ornamentación: formas de estilos suntuosos y cargados; el placer por lo ideal; en literatura los los juegos de palabras, la búsqueda de la emoción; la adjetivación excesiva, el hipérbaton, la elipsis, la metáfora, la perífrasis, la antítesis, las alusiones mitológicas.


Esta estética, hija de la contrarreforma religiosa, tiene su volumen en la sensación del desengaño, el pesimismo: tópicos perennes como la vida como lucha, la vida como sueño, la vida como mentira, la fugacidad de los hechos humanos.

El barroco, tiene la característica de ser un movimiento de tipo ideológico y su distanciamiento en el renacimiento, se hace palpable en la estética; el pintor Alemán Lucas Cranach, el viejo; tiene una obra titulada las parejas desiguales; una serie de seis cuadros (1517);  además de la revelación social, la pintura refleja un estado psicológico de los personajes: parejas de edades muy distintas unidas por la lujuria y la codicia.







Este tipo de obra no cabría dentro del barroco por considerarse pecaminosa, terrenal o mundana. Gregorio Vázquez (1638-1711), el pintor de estilo barroco, en el Nuevo reino de Granada, muestra una pintura de carácter religioso propio de la nueva constitución colonial.







El barroco, pulsa por una especie de torre de marfil y sus impulsos llegan al renacimiento italiano, que sigue buscando formas idealizadas: figuras humanas, donde la belleza, tanto como la pureza priman; las proporciones armónicas, ideales. El renacimiento alemán, producto de la reforma de Lutero, pone el foco no en lo armónico sino en la expresividad, en la profundidad psicológica del personaje; esa negación de lo terrenal y lo mundano fue recogido por la inquisición española, sembrando hipocresía, odio a la vida; las proporciones de la actualidad, revelan el barroco por el poder y el influjo de las imágenes, el canto en lo efímero, el caos, el derroche; pero sobre todo, en la estética actual del orbe latinoamericano, sigue apareciendo, el predominio de las formas de la moraleja, la sujeción de la conciencia, el autoritarismo en todas sus formas.

José Lezama Lima, no aclaró que el barroco americano es una expresión que niega la vida terrenal y nos hace de alguna forma fantasmas que tienen su vida en un  más allá que no tiene mapa, por más resultado que sea del mestizaje.


La literatura: «Un proceso histórico… una técnica perfeccionada y diferenciada en el curso de una larga tradición…»1. Y que en el mundo hispánico ha representado una problemática y una ambigüedad,  frente a la historia y las sociedades, frente al devenir. Así las cosas, en un entrevista a Juan Gabriel Vásquez.2., se aseguraba, citando a Gabriel García Marquez, que no hay una tradición narrativa, que Colombia es un país sin tradición novelística, o era; pero que Gabo descubrió que se puede crear una tradición con otras tradiciones, y fue cuando aprendió de Faulkner, entre otros autores ya clásicos de la literatura, si no es porque Gabo fue pionero en materia en tomar influencias, y crear una obra sólida, que según la entrevista citada 

(Sánchez,D.F.2014), comienza a crear una tradición literaria en Colombia, basada en influencias literarias; país, que como dijimos, carecía en materia narrativa de tradición, y por que estaba inundada de un periodismo de denuncia y amarillista que pasaba por novela; a no ser que se refiriera al escritor bogotano de la novela publicada en Argentina en 1952, titulada «El día del odio». La tradición de las influencias, que según Vasquez, la habría fundado, uno de los creadores del boom literario latinoamericano; dicho proceder de tomar influencias, que también el laureado escritor colombiano «Del ruido de las cosas al caer» reivindica y festeja; accionar, también común, a otro pionero del boom y también Nobel de literatura: Vargas Llosa, que siempre reivindicó a Flaubert como su maestro.
Con el procedimiento de tomar de las influencias, que hoy por hoy, es parte de la normalidad del escritor, se negaba tajantemente, que la literatura latinoamericana pudiera tener un sólida tradición que ocultaron con maestría los autores del boom, y que significó un retroceso, hasta que en la década de los noventa del siglo XX, se mostró, las raíces mismas de una formación literaria que se abría al continente: (Gutierrez,1998). En narrativa, se mostraba claramente al Argentino Eduardo Mallea, que en 1936 había publicado La ciudad junto al río inmóvil, y con esa escritura, inaugura: «La exploración de la realidad individual y social de los hispanoamericanos en general y de los argentinos en particular en la época contemporánea»(Gutierrez, 1998). ¿Porqué Vargas Llosa y García Marquez, entre otros, la ignoraron? Es cierto que Gabo, le interesaba más, la creación de una cosmología, pero eso no le impidió abordar temas de la violencia social. En el breve relato «Momentum vitae» de Mallea, se ve claramente, y para lectores actuales, ese enfrentarse de nuevo a una tradición literaria que se forja también con Alfonso Reyes y Pedro Henriquez Ureña, y que confrontándola con un presente nos remite a una «anomia» interminable. Se puede entender de la entrevista a Vásquez, que la hispanoamericana se fundó en ese mismo proceso nacionalista, que llegó a Gabo a conjeturar que la novela colombiana no tenía una tradición, hasta que llegó a él la inspiración de Faulkner (Sánchez,D.F.2014), y que expresamente, el boom literario había creado de la nada una tradición. En ese rodar de la historia literaria, la poesía enfrentaba sus propios problemas, y se gestó en Latinoamérica como un género aparte del narrativo y con una sólida tradición que negaron a su vez los poetas colombianos desde la mitad del siglo XX, por una andanada de toma influencias de autores de todas los pelajes.




Las influencias en la poesía colombiana



Referencias

1- Gutiérrez Girardot, R. (1998). América sin Realismos mágicos. Sitio Web de Revista:


https://milinviernos.org/2013/01/31/america-sin-realismos-magicos-la-lectura-de-rafael-gutierrez-girardot/


2- Sánchez, D.F.(2014) Entrevista a Juan Gabriel Vásquez. Sitio web: Revista Sombra Larga. 


http://www.sombralarga.com/articulo.php?numeroArt=4&articulo=31