Homenaje a Pedro Pascasio
Pedro Pascasio, desde la delgadez de la infancia llego a usted al relincho de mi escoba: trato de darle mi mano de nube y me mira: tiene la vara apuntando al aristocrático y cobarde uniformado.
Saludo a José y evaporada la respiración, las doradas monedas se hunden en los ojos del encomendero.
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