martes, 8 de septiembre de 2020

Rafael Cadenas

 Nunca me había pasado, en mis tutoriados sentimientos, que me entusiasmara genuinamente con un poeta.
En mis años de lector de poesía la simulación de acudir a los renombrados me acogía con la esperanza de untarme de autenticidad.

Llegado a las puertas de los no reconocidos en la antesala de los ancianos de repente la cera de mis orejas se remueve con la voz de Rafael Cadenas: es simple, me invita a «ser viviente», no quería reconocer en su apellido el trabajo al personal vuelo.

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