viernes, 13 de septiembre de 2024

La reconexión con la Historia

 

La reconexión de la Historia es vital en estos tiempos donde nos sitúan marginados de cualquier identidad histórica. Somos hojas sueltas por obra y gracia del neoliberalismo. Volver a conectarnos como personas situadas en la Historia, es ver hacia dónde vamos y de dónde venimos.

Consciente del poema de Ida Vitale “Cultura del palimpsesto” donde dibuja magistralmente el mundo actual, especialmente el latinoamericano: /… borrar lo que se hizo a la deriva/ con deriva mayor que ignora lo que es/ Velar lo venenoso/ matar lo saludable/ y escribir delirantes historias para náufragos/ Cuidado: no se pierde sin castigo el pasado/

no se pisa en el aire/, me aventuro a preguntar por la memoria colectiva de mi país desde una perspectiva que no se ha tocado: la continuidad de una clase específica desde la colonia española; una clase señorial o aristocrática y su atmósfera política heredada de ellos: la contrarreforma religiosa que trasplantaron al nuevo mundo que ha incidido veladamente en la sociedad hasta la actualidad.
El objetivo también es ponerme en claro conmigo mismo, soy consciente que en política los cultivadores del neoliberalismo, tanto de izquierda como de derecha, no me son afines; como no me son afines los populismos de derecha y de izquierda ( así sea teñidos de Maoísmo, Leninismo o teología (que para el caso son lo mismo con el catolicismo visceral y político de los partidos tradicionales).
Me ha dolido ver los desplazamientos masivos y  las migraciones multitudinarias (de Colombia y Venezuela) como la ola de delincuencia común y organizada que han dejado gobiernos ineptos. “La gran pausa” con la que inicia el gobierno de Eduardo Santos (1938) llenó su gobierno (y al Estado) de ineptos y corruptos para corresponder con esa consigna, cultivando para la Colombia actual una estela de corrupción e ineptitud pues han atacado,  también, y siguen boicoteando lo que hace los cambios: la educación.




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