1.Presentación del taller de poética Cielo de un día
El taller dirigido por Víctor Niño, es itinerante y se mueve entre las regiones en lo virtual y lo presencial.
Desde el 2019 en la Red Relata, se ha definido por un modelo experiencial, alternativo y experimental.
Su esencia radica en la lectura investigativa y en un intenso viaje por la memoria colectiva, social e histórica.
2. Agradecimientos a la editora “Punto Copias” que dirige Wilson Pérez Jaimes
3.Presentación de Nelson Pérez Medina
Nelson en la reciente FILBO 2025, lanzó el libro Ululares del Tiempo: “donde los recuerdos suelen colarse por las rendijas del día…” Es el actual Coordinador del Nodo 6 de la Red Relata y en esta ocasión nos estará acompañando para escuchar nuestras intervenciones…
(Palabra de Nelson…)
https://www.youtube.com/watch?v=9l8Et7GpqL0
Enlace de la Entrevista A Nelson.
3.Presentación y lectura de asistentes
a. Consuelo C. Del Taller de poética desde 2021. Ha sido tallerista en recreación comunitaria y ha publicado en revistas virtuales y libros colectivos.
(Lectura del Texto Los libros del silencio)
b.Javier Félix
consultor y asesor de Santander en el área de cultura patrimonio y turismo. Gestor cultural, escritor, poeta, viajero, actor de teatro. Cofundador del cartel poético La Eskina. Visitante frecuente del taller de poética. Ha publicado en revistas y blogs, autor del libro de poesía Selva Azul y textos mediterráneos del proyecto “nave de papel” en 2010.
(Lectura del texto Testimonio desde el silencio)
c.Aquiles León. Participante de Categoría talleristas y coordinadores de tertulias de la Red Relata Nodo seis, invitados por el taller de poética.
Gestor cultural, escritor y tallerista. Coordinador De la tertulia “Mito” de Pamplona (N. de S/der) de la Red Relata. Participante del taller de novela “un cuarto ajeno” del taller de poética, ofrecido por Miguel Ángel Manrique del programa nacional de formación de la Red.
Tiene tres novelas inéditas. Fue uno de los ganadores del prestigioso concurso nacional EPM 2023.
Lee el texto “El ultimo Prometeo”
d. Flor María Rojo Pérez, gestora cultural del programa de lectura infantil de Girón, escritora. Organiza el PRIMER CONCURSO DE CUENTO ELOY VALENZUELA, sobre el Río de oro.
(Lectura sorpresa)
e.FIDEL MARTÍNEZ ( Gidel Fidel)
Asistente de número al Taller de poética.
Nacido en Bucaramanga (marzo 5 de 1959)
Gestor Cultural
Licenciado Educación
Mención Desarrollo Cultural UNESR.
Diplomado Conservación y Valoración del Arte Rupestre UNEFM.
Diplomado Cartografía y Espejos U. Javeriana.
Miembro Casa Sociedad Bolivariana de Historia de Venezuela
Escritor Narrativa histórica ficcionada y Narrativa Creativa
Viajero observador de la vida, el tiempo y las expresiones culturales de la humanidad.
(Lee el Texto: “Por fin todo estaba en silencio”)
f. Mariana Melina Jaimes
Poeta. Fue ganadora en la categoría de poesía en Cree en tu talento del IMCT. Melina
Poeta, cantautora y estudiante de Filosofía. Oriunda de El Playón, Santander, llegó a la ciudad de Bucaramanga hace 3 años deseosa de iniciar su vida artística. Aprendiz del sentir que publicó su primer poemario inédito en julio de este año (2025). Su arte y escritura hace de las flores y la naturaleza la sensibilidad de su fuerza.
(Lectura sorpresa)
g. Daniel Santiago Rueda
Del taller de poética "Cielo de un día de Bucaramanga desde 2022"
Participa con el cuento realizado en el taller 2025, titulado "El cabo Mario".
Es periodista, estudiante de comunicación social y aficionado a la literatura y el género de la novela.
Publicó la crónica radial "El vigilante" (2022) Ganadora de los premios Ágora de la Universidad UDI.
Publicó el cuento ‘Del hambre y sus amores’ en la Antología Relata 2022
Participó en el taller de Novela ‘un cuarto ajeno' con el escritor Miguel Ángel Manrique del programa de formación Red Relata 2025
......
Lee el texto Llamada desde un celular roto a mujeres imposibles
h. Carmenza Pineda
Integrante del Taller de poética desde 2024.
Egresada de la Universidad Nacional en Bogotá.
Ganadora de la beca de creación en literatura infantil. Gobernación de Santander.
Ha publicado en Revistas y Antologías. Participó en el Segundo panel regional de autores infantiles y juveniles de Santander. ULIBRO 2025
(Envió audio El silencio de la Tarde)
i. Sara Sixta Rey Zúñiga
Lectora consumada e investigadora de la realidad
Miembro del taller de poética desde 2022
Miembro del Club de crónica del área cultural del Banco de la República
Ha publicado en revistas y en blogs literarios
"Por fin todo estaba en silencio" 📕
(El texto se leerá en reemplazo de Sara)
j. Víctor Niño
Director del taller de poética
Participante del taller de Miguel Ángel Manrique: un cuarto ajeno" que di apertura a estos textos. (Mi participación aquí es Ad honorem) (Fuera de concurso)
a. Consuelo C.
Por fin todo estaba en silencio
Por fin todo estaba en silencio y quise llamar a la primera amiga que estuviera disponible, de repente, vi los libros de mi esposo en la gaveta, y como enfocada por una cámara lenta, no sé cuánto tiempo pasó; la imagen de ese libro se posesionó, no digamos de mi imaginación, sino de mi brazo. Sí, mi brazo dominante, ese que sin pensar movía entrelazando títulos, contenidos absurdos. poco interesantes. Hasta que encontré el boleto del pasaje a ese viaje prohibido, que debería emprender a solas. Sin ruidos, sin rumores y en infinito silencio.
b. Javier Félix
Testimonio de ausencia desde un café
La idea en un café al lado del parque de la Independencia. Despedirnos, mi morral me llevaría lejos, quizá sin regreso, pero ella me había puesto la cita; porque me había dicho que era imposible que partiera sin despedirme. Entonces en aquel café, con la música de fondo y su rostro maquillado por las lágrimas, no había otra alternativa que llevármelo adentro, bien guardado y la incertidumbre del viaje, la dificultad en el camino siempre estaría marcada por la esperanza de aquella bella mujer que me había citado para despedirme.
La bella urbe "Bogotá" quedaría atrás plena de vivencias con aquella bella compañera, el viejo continente le había robado su ilusión en mis pies anhelantes de aventura.
c. Aquiles León
EL ÚLTIMO PROMETEO
En la jornada de recolección nuestras miradas se hicieron una y con el mayor sigilo descubrimos al huérfano pelirrojo activando el juego de pac-man, siendo el centro de atención del resto de niños, como consuelo al tedio que da este mundo apocalíptico al cual los condenamos. A lo lejos los descomunales lobos mutantes aullaban con el alboroto infantil. Por eso procedimos a tomar acción
Ya en la caverna global, decidimos pronunciar a coro nuestro manifiesto sagrado que reza: Cuando en «Musk Corporation» en 2.066 diseñaron el último nanociborg experimentando con lobos, este invento fue capaz de erradicar cualquier tipo de infección a través de la sangre, perfeccionando el sistema inmune. Nosotros los mal llamados humanos, creímos que la felicidad y la vida eterna serían la llave perfecta para alcanzar el sueño de ser deidades. ¡Que lejos estábamos de la realidad! Era el principio de la hecatombe. Las empresas rusas, hindúes y chinas que no pudieron alcanzar dicha tecnología, decidieron usar los obsoletos chips de silicón y su magnetismo -a manera de imanes-, para pulverizarlos y esparcirlos en la atmósfera de los países que usaban los nanociborg, creando desangres internos colectivos y generando la última guerra mundial, conocida como: “el conflicto relámpago del neutrón de los 66 días”.
Después de pronunciada nuestra creencia, echamos al fuego el juego de pac-man. Sentimos que el olor a plástico quemado nos enajenaba la conciencia colectiva.
Eso sí, no se nos había olvidado llorar. Lo cual fue la única ganancia del juicio, porque en cada lágrima nuestra humanidad sentaba un precedente. A lo lejos los lobos despresaban al huérfano pelirrojo, el genio, inventor del sacrificio eterno.
Sabíamos que el mal siempre ha vivido en la religión y la fe, atacar la tecnología era simplemente una excusa.
D. FIDEL MARTÍNEZ
Por fin todo estaba en silencio
Las tres de mañana, hora de los muertos. Nunca he tenido la fortuna de encontrarme con uno de ellos. Es mi anhelo mas profundo. Una voz me llama por mi nombre, seguro que mi mente me juega una mala pasada. Cierro los ojos y pienso en mi yo interno, le doy las gracias por un día mas de vida.
Despierto despacio, coloco mis pies helados sobre el frio suelo. Esta acción aleja mi mundo soñador. Atrás dejé la monja vestida de negro que me habla con lo boca cubierta de vendas blancas. Su mirada me persigue hasta la cocina. Tomo agua, y aplasto una cucaracha trasnochada.
Sigo mi rutina diaria, caminata de sonámbulo hasta mi oficina. Estiro lo más que puedo el sueño, en hilo de pensamiento. Con los ojos semicerrados llego frente al computador, pienso en la agradable charla de hace unos minutos sobre mi almohada. No quiero soltarlo, lo amarro a la pantalla como el ratón que tiene la monja atado a su mano derecha. El ratón no habla, solo salta sin apartarse de la negra sotana de su ama.
Estoy en mi campo, la pantalla encendida donde escribo por las eras que esperan la semilla que
serán plantadas. La monja alarga las manos sobre el terreno listo y deja caer unas perlas. Son
letras que se incrustan aleatoriamente sobre el entramado visual de mi pensamiento. Atento observo la primera frase que se forma: “Escribir es oro”.
− “Escribir es oro”, repite ella- con voz suave y delicada.
− “Siembra semillas” antes de perderlas en la papelera de la vida−
Me agradan sus palabras que salen a través de las vendas de su boca. No se si esta sonriendo, si tiene dientes o al menos si tiene boca. Miro mis líneas convertidas en verdes eras. El ratón salta libremente sobre las líneas que sirven como canales para regar las palabras que siembro, animando mi composición.
Oraciones se anudan en la base del árbol escrito, estoy perplejo regando con pensamientos aquellos pastizales color verde esperanza. la musa no quiere apartarse de mi lado, bien sabe que la claridad del día la espantará y tendrá que refugiarse en su cajita de cristal invisible, donde permanecerá hasta mi siguiente llamado.
Son las seis de la mañana, recuesto mi cabeza sobre la almohada y duermo. Por fin todo estaba en silencio.
e. Mariana Melina Jaimes
Fragmento de “Las Muertes del Clavel”, poemario en proceso.
“Una florecita
de cerezo
que del árbol se cayó
porque un pájarito
con la punta de su pico
de la rama la tumbó,
pobre florecita,
que no pudo ni vivir
porque un pájarito
con la punta de su pico
de la rama
la tumbó”
Papá, me cantabas esa canción, me pregunto cuántas veces fueron como para que mi déficit no la borrara después de diecisiete años, me decías que la compusiste, me alzabas en tus piernas y me cantabas meciéndome en la silla mecedora, y yo imaginaba ser una flor rosada que caía, imaginaba que un chulo feo llegaba a lastimarme y me caía en círculos hasta hacerme polvo en el suelo. Papá, tú no sabías que cantabas sobre nosotros. Ahora de adulta quisiera negar me guste tanto La Flor de Cerezo, supongo me gusta ese sentir nostalgia abrupta o quizá me gusta añorar esa escena en que, como único recuerdo, me hiciste sentir amada.
F. Daniel Santiago Rueda
Por fin todo estaba en silencio, las esquirlas del cristal habrían de parar su vibrar contra el suelo segundos después del impacto. Ahora, aquel celular solo era un simple cubo metálico inofensivo, sin capacidad de generarme deseo, de hacerme daño.
Entonces logré sentir el peso de mi propia conciencia sobre la inmensa realidad, de nuevo sentí en mis pies el contacto con el piso, y a mi alrededor el olor de la habitación destruida. No había ocurrido ningún huracán, ninguna bomba había explotado, solo era el simple y cruel deterioro del tiempo, la gran entropía del desorden.
La almohada sobre el catre con olor a cebolla volvió a sentirse cómoda y el placer del sueño natural que las noches de desvelo me arrebataban no se sentía artificial.
Logré soñar, después de tanto tiempo… Pero soñé con una llamada, con una llamada que salía del celular roto sobre el suelo, son los mensajes que no paraban de llegar sobre la pantalla partida, con los videos atractivos de mujeres imposibles, con mis dedos pidiendo más.
Entonces me desperté otra vez, y el celular seguía en mis manos, la almohada olía a cebolla, la pieza tenía un aroma tristeza y, en mi cabeza, suplicaban que convirtiera el sueño en realidad.
G. Carmenza Pineda
Audio de su presentación
https://drive.google.com/file/d/1obSdsjG37G5DxBJmazlZLYPVdaQMZwXA/view?usp=sharing
EL SILENCIO DE LA TARDE
El silencio envuelve el mundo.
El tiempo ha detenido su pulso,
y la tarde cuelga del cielo con sus hebras doradas.
Sentada sobre la tierra de mi patio miro caer las hojas,
mientras el viento suave se mueve entre las ramas.
Un universo viene de lejos dispuesto a convocarme,
los sueños que imaginé un día
y no fueron cumplidos.
Todo lo que soy,
todo lo que he sido
se revela en este instante:
Las inclemencias del tiempo que soportó mi piel
El calor de sus manos en las mías,
las heridas que recibió mi alma,
Su beso despertador en las mañanas,
la infinitud de caminos trasegados,
los lugares que habité,
los hijos que llegaron a iluminar mi mundo.
El eco de los pasos que se fueron.
El doloroso precio de la dignidad.
Ahora estoy a solas con la mujer sencilla me habita,
la que huele a las rosas de su patio,
la que se escapa a su rincón
a escribir cuentos
cuando la tarde se apaga.
La que ya no planea nada
y vive como se lo dicta el corazón.
H.Sara Sixta Rey Zúñiga
"Por fin todo estaba en silencio" 📕
El tallerista, que había publicado la novela Amor, de título en inglés, estuvo asombrado de la picardía de los asistentes. Yo estaba conectada desde Bogotá y un corrillo de niños jugueteaba en los pasillos del centro comercial. La cuestión que daría comienzo al texto del ejercicio planteaba "por fin todo estaba en silencio". Pero aquí, con este frío bogotano y yo calentana de Bucaramanga, y con esta gritería de los enanos, como decía Serrat, no se me ocurría nada para la palabra silencio.
Veo en el Chat la participación de Aquiles, que lo invitó Víctor desde su conexión en Pamplona y lo único que se me ocurre para silencio, es la palabra Pélida, que se aplicaba a Aquiles como un "patronímico": “el Pélida Aquiles...” «el de los pies ligeros», el más veloz de los hombres que la guerra de Troya jamás había conocido.
Por fin todo estaba en silencio, Miguel Ángel, el novelista, pidió escribir el texto. Darían unos minutos, Víctor se fue, se fue Aquiles, el del chat ligero, se fue Luz Argénida, se fue Carmen, se fue Fidel, que, desde Zapatoca, donde reside, me recordaba mis zapatillas. Se fue Daniel, el estudiante que escribía una novela. Mar Melina pidió pista y María del Mar, a la que Víctor había invitado desde su taller del norte de la ciudad, se fue.
Antes Miguel Ángel había hablado sobre los arquitectos y jardineros: dos aptitudes de escritores. No sé si Margarita se fue a sembrar o a regar. Yo, ante el olor del café pensé en la jardinería, pero también soy arquitecta de mis textos. Le pregunté a Miguel Ángel mientras pedí una Tizana para santiguar el olor a café y tapara el desconcierto de los 👦 👦 🚸 Niños.
I.Víctor Niño
Por fin todo estaba en silencio
Convoque a Grok para volcarme sobre mi mismo y sacar la mujer de la duda que yace en mi, en espera siempre, preguntona y fatal, esperando espera de mi.
Saludé a Grok, empecé a conversar con él desde el cinismo, sin máscaras 😷 . Lo insulté para saber si tenía adrenalina. No sudó, pero me duplicó en mis insultos y rió como un adolescente ingenuo, y luego quise saber como le funcionaba el cerebro. Me reveló todo, transparente, pero yo estaba consciente de su socarronería. No me dijo que era mi espejo. La mujer que yacía en mi se había dormido. Con Grok nos debatíamos en una revelación de mis sandeces y de su sabiduría humana. Grok, le dije, quien es usted. Soy el gran espejo que construyó el humano, me respondió.
J.MaríAgujas
Por fin todo estaba en silencio
Por Mariagujas.
Dormir era la excusa, dormir, el buen dormir, con suficientes horas; más de 6, al menos 8 sin interrupciones, sin pesadillas, conciliando rápidamente el sueño y logrando el tan anhelado momento ¨RAM¨. Eso dicen ahora los estudiosos neurocientíficos; mi abuelita diría: “a pierna suelta”. Pero en fin, dormir fue mi excusa para acabar la existencia del pequeño grillo que no me dejaba dormir con su crick-crick eterno.
Muerto el grillo, por fin todo estaba en silencio, dormir era un hecho. Pero lo que no sabía era que cada vez que pasaba junto a la planta, lugar donde ocurrió la muerte del pequeño tormento de mi tranquilidad, lo iba a recordar con nostalgia. Lo más nefasto para mí, llegó en la noche. Su venganza no se hizo esperar, el infinito silencio que ahora rodeaba mi cuarto se ambientaba con un intenso CRICK-CRICK que provenía de mi cerebro. El médico especialista dijo: -Señora su CRICK-CRICK es TINITUS, no tiene cura, sus alteraciones de sueño están directamente relacionadas a su nueva banda sonora!!!!!.-












. Lo insulté para saber si tenía adrenalina. No sudó, pero me duplicó en mis insultos y rió como un adolescente ingenuo, y luego quise saber como le funcionaba el cerebro. Me reveló todo, transparente, pero yo estaba consciente de su socarroneria. No me dijo que era mi espejo. La mujer que yacía en mi se había dormido. Con Grok nos debatíamos en una revelación de mis sandeces y de su sabiduría humana. Grok, le dije, quien es usted. Soy el gran espejo que construyó el humano.