Mientras lavaba los cubiertos de la cena de la noche
anterior, no sé como un cuchillo se paró justo de filo arriba en la rejilla del
lavaplatos y faltó poco para que su punta se clavara en mi pequeña mano.
Casi veo la sangre salir abundante. Pocos minutos después
recordé una leve llovizna de sangre; mientras trabajaba lavando las ollas de un
gigantesco restaurante, llegó justo a tiempo un auxiliar de cocina africano
para decirme que no metiera mi mano en el balde del jabón donde él tenía en
remojo sus cuchillos carniceros. Más tarde cuando me tocó la labor del
reciclaje del cartón, cuando tiré de un montón de cajas, un cuchillo salió
volando y por un acto de reflejos lo esquivé.
Esa noche le referí el suceso a un español que era el novio de nuestra
amiga guatemalteca. No dijo nada, entonces pensé en esos meses que su silencio
quería decir más o menos que los cuchillos no volaban.
Cuantas peleas a cuchillo no sucedían en mi ciudad andina por los motivos
más insignificantes. Yo mismo hubiera sido, a no ser por cosas del destino, un cuchillero
ya muerto.
Sentir que un cuchillo me perseguía era el colmo, incluso para mí. Tendría
que echarle la culpa al modesto Borges que mientras recorría La Recoleta urdía
sueños de cuchillos vivos. Pero no era así, la culpa estaba en mi infancia
donde soñaba con ser un cuchillero hábil, sueño que truncó mis habilidades para
escalar los muros donde dejaban encerradas a mis primas.
No puedo imaginar cómo se mataban a espada limpia en las antiguas guerras,
me parece como si nunca hubiera sucedido. Hoy más que nunca lo cuchillos pueden
parecer insignificantes, pueden parecer, pues viendo el documental de una fábrica
de cuchillos norteamericana para el sector militar, me doy cuenta que esa
tecnología usada, exagera con respecto al pobre estomago de cualquiera. En esto
hay un consenso, o si no porqué los Ninjas han tejido la espada perfecta, hecha
para atravesar la carne de un humano. Como dice Borges, duerme el cuchillo su
sencillo sueño de tigre.
Cuando terminé de lavar los cubiertos, mi mujer llegó.
No habíamos desayunado, no sé porqué me disgusté, sentí claramente algo de ira,
quizá me molestaba percibir que tratara de leerme siempre, entonces no le referí
lo del cuchillo. Ya había hecho el propósito de calmarme, pensé en todas las
veces que mi mujer se había cortado pelando papas. De pronto Ella me percibió
elevado; estaba reviviendo el momento en que Concetta Bertoldi se volvió a
cortar el dedo; esa vez fue algo para espantar, y muchas veces se cortaba para
librarse nuevamente de una jornada de trabajo. No estoy aquí nombrando a Concetta,
la famosa espiritista que vive en New Jersey con su marido Jonh, la veterana que
tiene una sonrisa espectacular ¿cómo sería hacerle una consulta para contactarme
a mí, que hubiera muerto acuchillado hace tiempo? Estupidez de estupideces.
(En un tiempo los cuchilleros de esta localidad hundían su navaja de un certero golpe al pecho (¡El fiero destino era el corazón!)… Parece que hoy por hoy hay un consenso en que la cuchilla se hunda sin piedad en el cuello. Puedo pensar que eso obedece a que el primer procedimiento envejeció y dejó de ser una sorpresa. Las terribles peleas a cuchillo se suceden en la calle o en las salas de baile, al calor de las cumbias peruanas o cumbias villeras. Este tipo de “cumbia” la escucha un sector de la población… Parece que en esta localidad es una música marginal… Les dejo un video de cómo se baila… Los movimientos recrean los pases del cuchillo; la letra de la canción, la marginalidad... )
(En un tiempo los cuchilleros de esta localidad hundían su navaja de un certero golpe al pecho (¡El fiero destino era el corazón!)… Parece que hoy por hoy hay un consenso en que la cuchilla se hunda sin piedad en el cuello. Puedo pensar que eso obedece a que el primer procedimiento envejeció y dejó de ser una sorpresa. Las terribles peleas a cuchillo se suceden en la calle o en las salas de baile, al calor de las cumbias peruanas o cumbias villeras. Este tipo de “cumbia” la escucha un sector de la población… Parece que en esta localidad es una música marginal… Les dejo un video de cómo se baila… Los movimientos recrean los pases del cuchillo; la letra de la canción, la marginalidad... )
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