viernes, 14 de abril de 2023

La autopromoción literaria

No me voy a referir a la auto promoción literaria derivada de la era de internet, y que reemplazó la divulgación que hacían líricamente los suplementos literarios, los periódicos, y más aún, el plato preferido por los escritores:  las revistas literarias. Todo esto, como pueden adivinarlo, fue de papel ( y aún sigue siendo pero en mucho menor medida).

Eso, en algunas ocasiones repercutía, en una mención (¿o crítica?), a la obra del autor, que le promocionaba la obra en distantes escenarios donde la narrativa jugaba con la poesía y el «centauro» de los géneros: el ensayo.


Con la especialización literaria y la aparición de más escritores, ahora abundan los bloggers,  comunidades lectoras, y los campos de escritores, que está lleno de autores tratando de auto interpretarse; el pobre autor puede pasarse el resto de su vida, poniendo enlaces donde lleve al saltamontes lector a su poema o cuento.

Pero  desvié el tema principal, que es la  de la auto promoción literaria, donde el autor se encuentra en una maraña de auto promociones, sin que algún  autor de reseñas acuda en su ayuda, y sobre todo interprete su obra desde las corrientes del tiempo donde vive.

Si una obra no es interpretada, está durmiendo el sueño de su tiempo, y eso es lo que pasa actualmente, donde el mismo autor tiene que hacer las veces de intérprete de su propia obra, pero esto repercute, en una sociedad que no se lee a sí misma, sino como en el mito de Narciso, acude siempre al mismo espejo.


En ese sentido, el papel de las Revistas es clave, porque le da cabida a las reseñas literarias y a los comentarios, que son los que reemplazaron la crítica literaria, por fuera de la enmarañada academia. Pero «Revista» ¿donde la multitud pone sus ojos? Lenguaje de internet.

La figura del agente literario, o de la misión de las editoras (Llevar libros, donde el autor no puede). La auto promoción literaria llevada a su paroxismo, refleja la ausencia de solidaridad, de interpretación de la sociedad donde se vive.


La crítica literaria a «Grosso modo» además fue reemplazada por los concursos literarios, donde prevalece la subjetividad del jurado, lo que nos hace volver al tema del mito de Narciso.

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