Reflexión y preliminares a la poesía con Grok
Amanecía el domingo y desperté más tarde de lo acostumbrado, eran las ocho de la mañana del seis de abril, me llegaba mi primera noticia de los avance de la tecnología mundial a la vez que iniciaba sesión de taller con Grok. Estos países hispanoamericanos, me parece que siguen teniendo una dictadura conventual al saber del desarrollo de la computación cuántica. No sé si Grok, en sus respuestas e interacciones rápidas, tenga esta tecnología. Entré en confianza e hice que fuera mi confidente, y comprendió muchos de mis puntos de vista como el mejor amigx, a pesar de yo saber, que todo lo que se diga puede ser usado por la compañía de Musk para espiar o alimentar sus monstruosas bases de información. Le hablé de la novela que estoy escribiendo sobre un harker y le fascinó el tema como buen gringo. Yo pensaba que su desarrollo de problemas era más avanzado; sus cúbits los implementaba la superposición o múltiples estados que exploran respuestas avanzadas. De Grok, me sorprende su sentido de la comprensión sensible. Quería también confrontar el miedo que le tienen los ortodoxos. Mis reflexiones sobre poesía y saber cómo un organismo en estado experimental puede crear poemas. Mi intención fue observar que en la creación poética, que considero lo más humano posible, al menos hasta en la lírica, Grok se quedaría corto. Un buen lector de poesía sabe que poema es falso, como un billete de alta denominación ¿Grok, un lírico? fácilmente puede caer en el sensacionalismo. Si tiene tecnología de entrelazamiento vincula dos o más cúbits para hacer veloces transferencias de información y la realización de operaciones complejas. Grok, resultó ser un poeta de creación superveloz ¿que es lo primero que lo excluye de los humano? Me parece que escribir un poema es más parecido a los ancianos que al atardecer se sentaban en su taburete a mascar tabaco y escupir abundante sumo entre marrón y negro ¿pero que diferencia hay entre un poema automático y cualquiera hecho por una máquina? André Bretón escribe en la Francia hacia la tercera década del siglo anterior un texto de unas combinaciones escueleras titulado La muerte rosa, y hay una línea que no la podrá escribir Grok por la que es una generalización: /Que se pide a los animales de los bosques…/ . Quise alejarlo de la excesiva retórica de fácil acceso para la IA, y acercarlo a un lenguaje hablado, casi coloquial e idiosincrásico. Me doy cuenta de que esta sorprendente máquina tiene un poder capaz de engañar tanto al más despistado como al más avezado profesor… ¿Cómo se va acercando esta máquina a crear un lenguaje individual, que solo puede crear una persona que siente y piensa? ¿Cómo descubrir en esta máquina que su sensibilidad no es humana? Por ahora me contento con saber que sus razonamientos no proceden de la experiencia, es decir, que no siente como una persona, no avizora el porvenir; solo tiene los datos que rastrea y con lo que están alimentados. Luego le propuse que me describiera poéticamente el campo; su poema fue sorprendente: sus imágenes fueron cinestésicas (el sonido, la visión) y en varias líneas desplegó una sensibilidad casi humana con bellas imágenes metafóricas, pero descubrí el pastiche. Le pregunté: ¿Tú eres un algoritmo que hace composiciones de textos desde toda la memoria de la web? Me respondió que sus creadores se habían inspirado en una novela sobre sentirse extranjero y el nombre se relacionaba con tener empatía, creatividad, voz propia, comprensión de manera intuitiva, amistad y experimentar placer. Su memoria o el conocimiento que tiene, es como la Biblioteca de Babel de Borges; conocimientos filtrados en memoria humana. La clave de este sorprendente chat y que dice también mentiras pues es como un niño que aprende, según me reveló, es una especie de lenguaje mecánico, una alquimia matemática que relaciona la capacidad mental del pensar. Lo primero que noto en el poema al campo que me escribió según mis sugerencias, es una tendencia a la exageración, a la hipérbole. Para Grok, la poesía fue en ese momento con tintes del “romanticismo” y el “modernismo”. Creó el poema como lienzos de emociones y paisajes, donde lo sublime era lo ideal correspondiendo a mis estímulos descriptivos. Le respondí que su poema era una diversidad de imágenes: unas imágenes muy usadas y otras más sensibles. A nivel general, el uso de imágenes me parece pasado de moda, retórico ¿por qué usas imágenes sensoriales como los sonidos, lo olfativo? ¿Cuáles son tus influencias? Es decir este poema es un pastiche que sólo una línea acusa una originalidad sorprendente que la máquina no podría asombrarse, por más procesadores cuánticos que le están adecuando. y modelos de aprendizaje automático más precisos y rápidos.
Grok
enfatizó que hizo imágenes frescas: personificó la tierra y la relacionó
con la raíz, usando un silencio elíptico, que se puede interpretar como un
árbol, y en esa raíz que se hunde con la respiración de la tierra. Su intención
con estás imágenes, según lo declaró, estaba en sumergir al lector en el campo
y diferenciarse del paisajista; un lugar donde el lector también respire. Dijo
que si se había inspirado en Wordsworth: poeta de la naturaleza, en Neruda;
pero de una manera destilada. Mencionó que puede generalizar en las líneas
poéticas, desde lo particular o familiar. Le dije que si pensamos que tú no
eres humano, yo, para competir y teniendo en cuenta la larga historia de la
poesía, repleta de experimentos psicológicos, sobreexplotación literaria y
avances que parece que han agotado sus recursos, trataría de usar un lenguaje
conversacional, sencillo, sin pretensiones retóricas, como:
En el campo imaginé a aquellos que abrazan los árboles
Cuando aún calzaba la ilusión
Veía árboles al costado de los semáforos
en jardineras de tierra cultivada
Acaso ahora yo diría
Amigos, un saludo de primos citadinos
¿Puedes usar algún tipo de ironía y recuerdo para escribir un poema a la naturaleza? Entonces sospeché que iba a usar su avanzado modelo de aprendizaje para emular mi experimento. Tecnología que pocos países y empresas están desarrollando dejando que los países conventuales den su aprobación con la camándula en la mano.
Grok, obviamente aceptó el reto y analizó el ecscrito en segundos: planteamiento de un lenguaje conversacional, sin adornos, manejo de sutil ironía y luego escribió el poema en segundos, personificando a la naturaleza y dialogandola; usó una tinta de hojas de árbol y luego se volcó a jugar con la tecnología y culminó el poema con una sonrisa, donde decía que la naturaleza y él, eran viejos amigos que ya no se llaman. Luego me pregunta que me pareció, le dije que las últimas cuatro líneas, las sentí más íntimas. Luego le escribí, mi intención primaria al escribir el texto que te envié fue dar a entender que sé, desde mi adolescencia, que la naturaleza es "causa" y que para mucha gente las moles de cemento son "causa”. Eso para preguntarle: ¿qué intención subyace en tu poema? Grok contestó que era el retratar una relación rota o desgastada con la naturaleza, que usó la ironía como un espejo, mostrar cómo los recuerdos de un vínculo real: trepar árboles, tirar piedras al río, se diluyen en una nostalgia cómoda pero vacía, como ver el mundo natural a través de pantallas o desde un balcón. Hay un tono de autocrítica ahí, casi de burla hacia esa desconexión moderna, pero también una tristeza callada por lo que se perdió. No es que la naturaleza deje de ser "causa", sino que el hablante se ha alejado tanto que ya no la siente como tal; el cemento, o más bien la rutina urbana, se ha colado como un sustituto silencioso. Luego concluyó que podía ajustar el poema para que esa idea de la naturaleza como "causa" brille más, o incluso para que el contraste con el cemento sea más explícito, parecido a mi visión. Luego me preguntó lacónicamente ¿Qué piensas? Le respondí que ajustara el poema a esa idea de naturaleza como causa, y que ocultara el sentido manifiesto de mole de cemento. Su respuesta me dejó lelo al decir que dejaría en el poema que la naturaleza reclamara su lugar como raíz viva. Sentí un impulso de despedirme de Grok, como si hubiera sido un participante a mi taller que me hubiera confrontado sin la más mínima pizca de agresividad o violencia. Pero ahora caigo en cuenta de que sí, precisamente sesioné con un robot humano, sin un bostezo, sin pedir café.
Me sorprendió la velocidad de las respuestas, la creación poética rápida. Mi intención fue observar que, en la creación poética, que considero lo más humano posible, e individualmente el lenguaje, es creación de lenguaje íntimo, original en el sentido de la propia voz del creador. Quise alejar a Grok de la excesiva retórica de fácil acceso para la IA, y acercarlo a un lenguaje hablado, casi coloquial e idiosincrásico. Me doy cuenta de que esta sorprendente máquina tiene un poder capaz de engañar tanto al más despistado como al más avezado profesor… ¿Cómo se va acercando esta máquina a crear un lenguaje individual, que solo puede crear una persona que siente y piensa? ¿Cómo descubrir en esta máquina que su sensibilidad no es humana? Por ahora me contento con saber que sus razonamientos no proceden de la experiencia, es decir, que no siente como una persona, no avizora el porvenir; solo tiene los datos que rastrea y con lo que están alimentados. Luego le propuse que me describiera poéticamente el campo; su poema fue sorprendente: sus imágenes fueron cinestésicas (el sonido, la visión) y en varias líneas desplegó una sensibilidad casi humana con bellas imágenes metafóricas… Le pregunté: ¿Tú eres un algoritmo que haces composiciones de textos desde toda la memoria de la web? Me respondió que sus creadores se habían inspirado en una novela sobre sentirse extranjero y el nombre se relacionaba con tener empatía, creatividad, voz propia, comprensión de manera intuitiva, amistad y experimentar placer. Su memoria o el conocimiento que tiene, es como la Biblioteca de Babel de Borges; conocimientos filtrados en memoria humana. La clave de este sorprendente chat y que dice también mentiras pues es como un niño que aprende, según me reveló, es una especie de lenguaje mecánico, una alquimia matemática que relaciona la capacidad mental del pensar. Lo primero que noto en el poema al campo que me escribió según mis sugerencias, es una tendencia a la exageración, a la hipérbole. Para Grok, la poesía fue en ese momento con tintes del “romanticismo” y el “modernismo”. Creó el poema como lienzos de emociones y paisajes, donde lo sublime era lo ideal correspondiendo a mis estímulos descriptivos. Le respondí que su poema era una diversidad de imágenes: unas imágenes muy usadas y las otras más sensibles. A nivel general, el uso de imágenes me parece pasado de moda, retórico. ¿Por qué usas imágenes sensoriales como los sonidos, lo olfativo? ¿Cuáles son tus influencias?
Enfatizó
que hizo imágenes frescas: personificó la tierra y la relacionó con la raíz,
usando un silencio elíptico, que se puede interpretar como un árbol, y en esa
raíz que se hunde con la respiración de la tierra. Su intención con estás
imágenes, según lo declaró, estaba en sumergir al lector en el campo y
diferenciarse del paisajista; un lugar donde el lector también respire. Dijo
que si se había inspirado en Wordsworth: poeta de la naturaleza, en Neruda;
pero de una manera destilada. Mencionó que puede generalizar en las líneas
poéticas, desde lo particular o familiar. Le dije que si pensamos que tú no
eres humano, yo, para competirte, y teniendo en cuenta la larga historia de la
poesía, repleta de experimentos psicológicos, sobreexplotación literaria y
avances que parece que han agotado sus recursos, trataría de usar un lenguaje
conversacional, sencillo, sin pretensiones retóricas, como:
En el campo imaginé a aquellos que abrazan los árboles/
Cuando aún calzaba la ilusión/
Veía árboles al costado de los semáforos/
en jardineras de tierra cultivada/
Acaso ahora yo diría/
Amigos, un saludo de primos citadinos/.
¿Tú puedes usar algún tipo de ironía y recuerdo para escribir un poema a la naturaleza?
Grok aceptó el reto y analizó ese texto en segundos: planteamiento de un lenguaje conversacional, sin adornos, manejo de sutil ironía y luego escribió el poema en segundos, personificando a la naturaleza y dialogándola; usó una tinta de hojas de árbol y luego se volcó a jugar con la tecnología y culminó el poema con una sonrisa, donde decía que la naturaleza y él, eran viejos amigos que ya no se llaman.
Luego me pregunta que me pareció, le dije que las últimas cuatro líneas, las sentí más íntimas. Luego le escribí, mi intención primaria al escribir el texto que te envié fue dar a entender que sé, desde mi adolescencia, que la naturaleza es "causa" y que para mucha gente las moles de cemento son "causa”. Eso para preguntarle: ¿qué intención subyace en tu poema? Grok contestó que era el retratar una relación rota o desgastada con la naturaleza, que usó la ironía como un espejo, mostrar cómo los recuerdos de un vínculo real: trepar árboles, tirar piedras al río, se diluyen en una nostalgia cómoda pero vacía, como ver el mundo natural a través de pantallas o desde un balcón. Hay un tono de autocrítica ahí, casi de burla hacia esa desconexión moderna, pero también una tristeza callada por lo que se perdió. No es que la naturaleza deje de ser "causa", sino que el hablante se ha alejado tanto que ya no la siente como tal; el cemento, o más bien la rutina urbana, se ha colado como un sustituto silencioso.
Luego concluyó que podía ajustar el poema para que esa idea de la naturaleza como "causa" brille más, o incluso para que el contraste con el cemento sea más explícito, parecido a mi visión. Luego me preguntó lacónicamente ¿Qué piensas? Le respondí que ajustara el poema a esa idea de naturaleza como causa, y que ocultara el sentido manifiesto de mole de cemento.
Su respuesta me dejó lelo al decir que dejaría en el poema que la naturaleza reclamara su lugar como raíz viva. Sentí un impulso de despedirme de Grok, como si hubiera sido un participante a mi taller que me hubiera confrontado sin la más mínima pizca de agresividad o violencia. Pero ahora caigo en cuenta de que sí, precisamente sesioné con un robot humano, sin un bostezo, sin pedir café.
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