domingo, 14 de julio de 2013

Un accidente puede suceder


Mientras lavaba los cubiertos de la cena de la noche anterior, no sé como un cuchillo se paró justo de filo arriba en la rejilla del lavaplatos y faltó poco para que su punta se clavara en mi pequeña mano.
Casi veo la sangre salir abundante. Pocos minutos después recordé una leve llovizna de sangre; mientras trabajaba lavando las ollas de un gigantesco restaurante, llegó justo a tiempo un auxiliar de cocina africano para decirme que no metiera mi mano en el balde del jabón donde él tenía en remojo sus cuchillos carniceros. Más tarde cuando me tocó la labor del reciclaje del cartón, cuando tiré de un montón de cajas, un cuchillo salió volando y por un acto de reflejos lo esquivé.
Esa noche le referí el suceso a un español que era el novio de nuestra amiga guatemalteca. No dijo nada, entonces pensé en esos meses que su silencio quería decir más o menos que los cuchillos no volaban.
Cuantas peleas a cuchillo no sucedían en mi ciudad andina por los motivos más insignificantes. Yo mismo hubiera sido, a no ser por cosas del destino, un cuchillero ya muerto.
Sentir que un cuchillo me perseguía era el colmo, incluso para mí. Tendría que echarle la culpa al modesto Borges que mientras recorría La Recoleta urdía sueños de cuchillos vivos. Pero no era así, la culpa estaba en mi infancia donde soñaba con ser un cuchillero hábil, sueño que truncó mis habilidades para escalar los muros donde dejaban encerradas a mis primas.
No puedo imaginar cómo se mataban a espada limpia en las antiguas guerras, me parece como si nunca hubiera sucedido. Hoy más que nunca lo cuchillos pueden parecer insignificantes, pueden parecer, pues viendo el documental de una fábrica de cuchillos norteamericana para el sector militar, me doy cuenta que esa tecnología usada, exagera con respecto al pobre estomago de cualquiera. En esto hay un consenso, o si no porqué los Ninjas han tejido la espada perfecta, hecha para atravesar la carne de un humano. Como dice Borges, duerme el cuchillo su sencillo sueño de tigre.
Cuando terminé de lavar los cubiertos, mi mujer llegó. No habíamos desayunado, no sé porqué me disgusté, sentí claramente algo de ira, quizá me molestaba percibir que tratara de leerme siempre, entonces no le referí lo del cuchillo. Ya había hecho el propósito de calmarme, pensé en todas las veces que mi mujer se había cortado pelando papas. De pronto Ella me percibió elevado; estaba reviviendo el momento en que Concetta Bertoldi se volvió a cortar el dedo; esa vez fue algo para espantar, y muchas veces se cortaba para librarse nuevamente de una jornada de trabajo. No estoy aquí nombrando a Concetta, la famosa espiritista que vive en New Jersey con su marido Jonh, la veterana que tiene una sonrisa espectacular ¿cómo sería hacerle una consulta para contactarme a mí, que hubiera muerto acuchillado hace tiempo? Estupidez de estupideces.



viernes, 12 de julio de 2013

El hombre que planchaba sus billetes


No podría imaginarme a Georg planchando los billetes al salir de su casa cada mañana, no me lo imaginaría por la sencilla razón de que no le naciera, sino porque su trabajo de vendedor “freelance” (como llaman hoy por hoy) de bienes inmuebles no le permitiría, si al menos lo creo yo, tener buenos billetes para planchar, por otros motivos como por los bajos precios de los inmuebles que le permitía a cualquiera obtener su propiedad (quien lo creyera).
 Algunas veces lo observé contando grandes cantidades de dinero, producto de afortunadas comisiones, entonces su rostro se veía concentrado como si fuera la actividad que más respeto le proporcionara en su vida. Pero para el  día en que tenía dinero al momento en que no tenía, me parecía tan fugaz que no me imaginaba a Georg planchando sus billetes… ¿Qué razón habría para plancharlos?
¿si quiera él se hubiera imaginado que tendría que planchar sus billetes? 
Su amigo que frecuentaba un club de gente de sociedad, si planchaba sus billetes…  ¡Me repito! ¿Qué razón tendría para plancharlos así fuera con una plancha normal?
 Aunque tampoco es deseable tener dinero como dinero de alcohólico en un bolsillo sobrio. Se me ocurre que es una forma de amar el dinero o de no gastarlo como un compulsivo consumista (entre más rica una persona, su consumo será más exclusivo)… Le dije a Georg esa tarde.
Pero los ojos de él brillaban y se frotaba las manos viéndome a mi frotarlas ante la cercanía de una comisión…
!Como dicen que no hay dinero… Mira! –me dijo sacando de sus bolsillos un fajo de billetes.

Georg me sorprende porque a pesar de ser un hombre que no tiene casa propia, ni automóvil, es un hombre que si tiene cien mil pesos, cien mil pesos se gasta; no gasta tampoco en mujeres.  
Georg me hablaba de su amigo con una ambigüedad difícil de precisar… Robert –Me decía-, cuando se afeita le queda su piel por donde pasó la cuchilla, azulita, como un pozo de agua cristalina. 
Podría suponer que lo decía pues él era imberbe, barbilampiño. Su amigo era un magistrado (esto es un abogado que ha ascendido en las altas esferas de la justicia) que al parecer,  según lo que le había concluido de lo que él me decía, no era tan ambicioso, tampoco era tan generoso. Al parecer vivía solo, le gustaba beber uno que otro vaso de whisky en el Club, luego en una que otra  ocasión había invitado a Georg. 
 Georg, nunca más me volvió hablar de Robert.
 Quiero verte contando billetes-me decía- 
Yo me dejaba llevar bondadosamente por Georg, hasta que en una ocasión en que yo contaba abundante dinero, con una resaca producto de una borrachera la noche anterior, sentado frente a mí, vi con asombro que llevaba su dedo índice a través de la manga de su pantalón corto hacia atrás…
 De madrugada, yo había llevado a  un hospedaje a una morena que había encontrado en un bar abierto; apenas desperté, aun dormida, la besé... No sé porqué pensé en el momento en que Georg llevó su dedo índice… Pensaba también en el “ex” de mi amante, que era el que planchaba los billetes. Mi amante me hablaba de su “ex” mientras se sumergía en mi, se sumergía en mi como si los días no pudieran pasar y las flores no se pudieran marchitar.

domingo, 30 de junio de 2013

LA ADOLESCENTE

Meses atrás había visto a una adolescente excesivamente maquillada, de cabello crespo;  tenía puesta una falda que dejaba ver sus delgadas piernas, una blusa también estrecha y unas zapatillas de puntas largas.  Estaba sola y no llevaba nada en sus manos; parada en una esquina, al  lado de una cervecería.                                                                                
 Pasé junto a Ella y vi sus ojos marrones; Llegué hasta la otra esquina donde se estacionaban los moto taxistas. Junto a mi pasaron varios auxiliares de policía que riendo alegremente hacían ronda. Miré mi reloj; habían pasado quince minutos y la adolescente sólo se había movido un poco del sitio donde estuvo parada.                                                                                                                                    
Lo recuerdo minuciosamente porque ahora veo otra adolescente que desplegó una sonrisa tan natural ante el requerimiento de un tipo. Una adolescente de atmósfera  primaveral arrastrando un carrito de bebé por el mismo sector donde había visto a la otra niña (tan primaveral que pensé que sus quince años la rodeaban en rosas). Un muchacho que está vendiendo objetos varios en una pequeña caja por esta calle ya me ha estado observando. El calor me hace buscar la sombra bajo el toldillo de un negocio de sandalias y la muchacha sigue con su carrito de bebé.                                                                            
La otra vez me impresionó el tipo que llegó donde la adolescente que estuvo parada en la calle. Era un  tipo corpulento y estaba sudado; parecía triplicarle su edad. Sus movimientos agitados le hacían mover los brazos ante cada palabra. Luego pareció callar y Ella empezó a caminar. Al llegar a una esquina volteó. El tipo caminaba siguiéndola a corta distancia.             
  En la distancia alcanzaba a ver sólo el carrito de bebé; me acordé de la adolescente sobrina de mi novia; sus progenitores ya le habían comprado su primer apartamento. Me puse a pensar si esta niña también se esforzaba por ganar siempre medallas al final del año escolar y se encerraba días enteros cuando algo le fallaba. En ese momento cuando la vi pasar no se me ocurrió detenerla y decirle que me vendiera un café de los muchos termos que llevaba en el carrito de bebé. Más bien parecía que ya había terminado su trabajo. No me había dado cuenta pero al cruzar la esquina me vi caminando cabizbajo…                       

viernes, 14 de junio de 2013

Vista a las Montañas de Palonegro desde el edifico de la Alcaldía



III


En el piso tres del edificio de la Alcaldía
por el salón de los escritorios
hay una ventana
donde se divisa a lo lejos
las montaña de Palonegro
de delirantes aviones
Una impresionante montaña
como de pintor impresionista

La ventana está cerrada en horas de trabajo
y en salida de labor sigue cerrada…
En esa montaña sucedió el combate
épico y cíclico de la patria boba.
Se ve tan bella desde esta ventana
burocrática que casi veo los senderos
de los ahorcados como pistas de aterrizaje
cubriéndose por la neblina del atardecer.











Título de la fotografía: Bucaramanga desde el Mirador

De Ludwig Snider Suárez - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=46347142








Acapulco



El recorrido aproximado veinte minutos en automóvil por la vía a Piedecuesta saliendo desde la puerta sur; se rueda por una vía que atraviesa las montañas en estricto caracol hasta el centro del poblado donde se ha establecido a estas alturas un barrio que tiene un nombre llamado igual que el mundialmente famoso balneario mexicano de Acapulco, que según he oído, en estos últimos años ha perdido la casi totalidad de turismo que llegaba de los Estados Unidos, pues los gringos se ha volcado a otro conocido balneario de Centroamérica, haciéndole caso  al miedo.
En Acapulco las direcciones son provisionales, el barrio queda dentro de una región llamada Ruitoque, que está dividida en bajo y en alto. En la parte alta, lo primero que hicieron unos visionarios constructores (dicho sea de paso, fueron los primeros urbanizadores en estratos medios altos y altos; costumbre que ha prevalecido hasta el punto de ser completamente inexistentes los urbanizadores de estratos medios y bajos; hecho que siempre ha causado las invasiones tugurízales a los campos aledaños y su consiguiente deforestación) un exclusivo condominio ( no hace falta decir que campestre) de una creatividad copiada de un campo de golf. El resto del campo de Ruitoque alto, está ocupado por estaderos campestres donde se han acreditado los deportes extremos; tal el parapente, el para motor y estratégicas casas quintas construidas por particulares. Acapulco ( creo que influido por unos nuevos decretos que obligan a los constructores a estratificar con derecho a la igualdad; si se construye un estrato seis por ejemplo, deben construir aledaño un estrato tres) se invadió debido al incumplimiento de ese decreto; el resto de la región baja está ocupada por terrenos de estricta medida donde pueden construir los que quieran y puedan; de hecho abundan las casa quintas también, pero cerradas; los vecinos deben también tolerar los abundantes sapos que se pasean por los alrededores ( y que a mi parecer no son comestibles como lo teorizaba un señor que también aventuraba recetas).
Las gentes de estos estratos populares tienen un mimetismo con los estratitos pudientes. Paradójicamente, el nombre Acapulco quiso ponerse a la altura (este queda en la parta baja de la meseta) de la parte alta.
Por otra parte, la abandonada costumbre de bautizar a los hijos con nombres de origen anglosajón por los ricos, es practicada con toda naturalidad a nivel popular ( los acostumbrados dos nombres son combinados; el primer nombre anglosajón, el segundo latino). La vigente costumbre de los ricos de llamar al festejo del nacimiento de sus hijos“Baby shower”; un neologismo que copiaron lo estratos medios. Una costumbre agotada popularmente, consistía en que los fines de año se llenaba de mirones las amplias rejas del central “club del comercio”, situado precisamente en un parque donde queda ubicada la catedral de la ”sagrada familia”. Desde los enrejados jardines que daban a las calles, las amplias ventanas del club dejaban ver las fiestas de gala de estos, que contrataban orquestas que la publicidad afamaba nacionalmente.
Cuando esperaba el viejo bus para regresar a la ciudad, en la parada frente a la casa del anciano Guajiro (el curandero del barrio, que es una especie de santero cubano) escuchaba el grito energúmeno de una joven mujer hacia alguien que se llamaba Samuelito. Tenía el limón que me había dado mi mujer, para despellejar poco a poco la piel e ir mordiéndola mientras el bus rodara por el tobogán hacia el área urbana; remedio -dice ella- eficaz para el mareo. Se dice castizamente -ir royendo o mordiendo la cáscara del limón-. Había pasado el fin de semana con Ella en la parcela de Acapulco (así llaman a una casa que está construida en un terreno campestre por pequeño que sea). Parcela que comparte con sus hermanas; unos años atrás, había vendido parte del terreno a sus dos hermanas (una viuda y otra separada) por un precio que al pasar de un tiempo se ha valorizado veinte veces más (la construcción habitacional es la que más nuevos ricos ha hecho).
El elefante gris de la deforestación de los campos mientras la ampliación urbana de estas ciudades intermedias avanza, pare la deforestación de las fincas improductivas que las parcelan para venderlas a los urbanizadores o para casas campestres. Incluso el exclusivo conjunto campestre Ruitoque se estratificó de una forma creativa; como habíamos advertido, al ir subiendo la loma de ese conjunto residencial, digamos que en un Ford o en un Toyota Fiesta… (Conozco poco de automóviles) ! …Pero me atrevo a asegurar que en mi medio siglo de vida no he visto jamás en esta ciudad llamada Bucaramanga, el deportivo carro Alemán Porche (dizque en Medellín ya rueda el 911 Turbo 2010, que pasa de los cero a los cien kilómetros en sólo 3,4 segundos) tanta velocidad si puede darse en Medellín si tenemos en cuenta que una vez dijo el mafioso don Pablo, que cuando él empezó a hacerse rico le parecía ridícula la fortuna de los que se decían la "flor y nata" de la sociedad de allí, de sus avanzados industriales.
Como decía, a medida que vamos avanzando en automóvil por Ruitoque alto, vamos encontrando que cada parcelación está numerada por "hoyos". Inicia el hoyo uno y así sucesivamente; al parecer las personas de las residencias de los “hoyos exclusivos" ( parece ser que a los hombres pudientes, al escoger esposa les interesa más la tradición familiar) no les cae muy bien los vecinos que no tengan "pedigrí" (pero no como el de sus perritas de raza) así estén llenos de dinero, como los actuales nuevos ricos entre los que se cuenten muchos de "hoyos más abajo" que adquirieron sus fortunas de extraña manera, y otro nuevos ricos que hicieron sus fortunas guiados sabiamente por la mano invisible. De todas maneras, en estos estratos se encuentran familias que han hecho del arte de la apariencia ( ¿pero se podrán mover en esos estratos de las clases aristocráticas de papel?) todo un modo de vida; apariencia que no les impide humillar a su servidumbre y hacerles ver a otros lo "ricos que son". Pero los que son de clases tradicionales pudientes, hacen llorar a los arribistas de hoyos más abajo, pues los de la "flor y nata" les muestran su desprecio, como le sucedió a una exclusiva señora ( "arribista" quiere decir -como lo definión Goethe-que son gentes que pasan por encima del que sea, en el logro de su estatus social) que además de ser cleptómana, era terriblemente intrigante; no vacilaba en culpar hasta la más inocentes muchachas de su servidumbre de algo que estas no habían cometido con la intención de no pagarles el sueldo ( ni pensar como seria el marido; hubo un tiempo en que se popularizó entre algunos empleadores, el abuso sexual para las niñas que contrataban haciendo uso de bajas artimañas (¿pero qué se puede esperar de una generación que se crio viendo telenovelas de un sensacionalismo espantoso?). Dicha señora arribista, se dispuso después de recibir varias Llamadas telefónicas, a cambiarse para un condominio de "nuevos ricos" sin pedigrí. Esta señora, conocida de mi actual cuñada que ha terminado viviendo sola en la “parcela” padece, se diría, de serios sentimientos de “culpa” pues si presiente el castigo por su cleptomanía, se anticipa lavando su conciencia con las picardías que le hace a los más débiles.
Es muy común en las madres de estratos populares de esta región la tendencia a depender moralmente de sus “machos”. Cuando estos las dejan, ellas culpan a sus hijos, y en consecuencia los castigan. Otra cosa es culpabilizar a un niño por el más mínimo detalle; ellos se defienden rebelándose contra la tutela de sus progenitores.
El arribismo es una herramienta usada generalmente y también estratificada. Es una herramienta al igual "voraz"; también la usaron en la época de Goethe ( este le dedicó al arribismo unas líneas explicitas). En la época de las luces de París, los latinoamericanos que llegaban con sus ínfulas de gente de mundo a gastar dinero ( esto sería efectos del arribismo) les decían "arrastracueros"; gente sospechosa, pues no se sabía de dónde habían sacado su dinero ( en esa época, la hoja de coca sólo la había usado Freud para sus experimentos).
Actualmente el arribismo es una herramienta usada por los políticos y funcionarios latinoamericanos, que ha hecho de ésta una vulgaridad mayor (son los nuevos "arrastracueros"), sumada al "culto de la personalidad" cultivado por los populistas. Vale todo para su proceder; lo importante es lograr la ambiciosa meta. Podría creer que la causa principal de ese estado de cosas, fue la que señaló a finales del siglo XIX Miguel Samper Agudelo (de las cuales, la aristocracia conservadora se echaba cruces y tocaba madera) y que consistía en avizorar un precaria e inexistente industrialización de estos países, dedicados a ser comisionistas de las potencias industriales.
Bueno, en suma, una casaquinta del condominio de Ruitoque, puede valer, viéndolo desde las nubes dos mil millones de pesos, lo que equivale a decir que un porche cuesta unos trescientos millones de pesos, una casita en un estrato tres de cualquier barrio puede costar ciento veinte millones de pesos, un empleado de empresa recibe un salario de medio millón de pesos mensuales. Un salario mínimo en estas fronteras es de unos trescientos euros al cambio.


 

martes, 12 de marzo de 2013

LA JORNADA


El muchacho dijo espontáneamente que aquel tipo -luego lo señaló con su dedo índice- era de “medallo”, que lo había escuchado hablar el viernes mientras pedía fiado el refrigerio de antes del almuerzo, lo que correspondía al mecato de media mañana en el modismo local. Luego lo escuchó decir la “muletilla” de la gente de “medallo” mientras le pedía regalado un cigarrillo a su ayudante.  Ese viejo es un desjuiciado, siempre se ve sin dinero  –sentenció el muchacho- dando el último sorbo a su vaso de avena. Si lo dice por viejo, apenas tiene treinta años -repuse- Yo estuve con él el viernes; hablaba,  hablaba, hablaba fluidamente con ese acento tan envolvente que tienen los de allí ¿no has escuchado hablar de los culebreros? Se dice que “culebrero” que se respete es de Medallo (el culebrero es un vendedor ambulante que hace gala de una terrible elocuencia callejera). La señora  que vendía las “papas rellenas” y la avena siempre bostezaba a esta hora del lunes, gesto que me parecía fuera de lugar en este mes del año en que el  sol del trópico quemaba. Nos  encaminamos hacia el piso doce de la obra no dando tregua al comentario: ¡Mire chino…! -Le dije- (el apelativo “chino” en el modismo local se reservaba para niños y gente del común), el paisa, como le dicen a los de “medallo”, no dejaba de pedir cerveza, no dejaba de hablar: ahí estuvo el maestro de obra, los mamposteros, los estucadores; el lugar se volvió una orgía de cerveza, de música ranchera, hasta que el costeño se enfureció; exigió que pusieran canciones vallenatos.  Ahí se formó un problema; me quise ir, pude leer en la mente de Joaquín que no me dejaría ir hasta que no gastara el último centavo; el maestro de obra, dijo persuasiva, paternalmente , que dejaran ir al doctor ( así me habían apodado en la obra).  El chino dijo con entusiasmo que conocía al hijo de Joaquín; el hijo de Joaquín  dice que dentro de pocos años estará jugando en un club de futbol en Europa, me lo dice a mí que soy su amigo ¿pero al menos está jugando ya en el equipo de futbol de la ciudad? -Le pregunté-  ¡No…! –Contestó- pero es el mejor jugador del equipo del barrio, se da el lujo de ostentar su clase de jugador, incluso en su colegio. Muchos  lo odian porque va por ahí diciendo que se parece físicamente a Michael Owen, incluso se dio el lujo de despreciar a Mirleya,  que se atrevió a decirle que él le gustaba. Ella,  resentida, le dijo que no tenía la altura de Owen ( por supuesto el no llegaría a medir un metro noventa en su edad adulta, con diez y seis años, a los veinte  llegaría a medir por mucho uno sesenta y cinco, que es por decir menos la estatura promedio).  Luego se fue calle abajo de la casa de Joaquín ( que  es una casa como las que se construían en la colonia española, en un barrio en las que quedaban ya pocas) y se escuchaban sus insultos contra el que se le atravesara...  Pero el hijo de Joaquín no va a los bailes de cumbias peruanas, donde van los llamados “ñeros” (los que se han vuelto  “ninis”) ¿entonces qué música le gusta al hijo de Joaquín?  Esa que sonaba a finales de diciembre del año que acabó de pasar (  el dos mil cuatro ). Un  fuerte olor hizo que el chino se distrajera, cayéndole en el ojo derecho la delgada sopa del estuco; la queja hizo que el doctor se bajara del banco de madera que usaba para estucar las partes altas del muro.  El ojo del chino le lloraba por el enrojecimiento, el doctor le lavó el ojo con abundante agua, mientras decía que había algo raro en la obras en construcción que hacía que el intestino no funcionara decentemente. Luego  le sonó el “beeper”, lo miró ( también al reloj) y salieron de la obra  bajo las maldiciones del chino que decía que cuando alguien está de malas hasta del cielo llueve m… Al maestro de obra le sonó su  teléfono celular ( que era una rara ostentación ); el chino le alcanzó a ver el celular y se burló de esa “panela” ( la panela es un endulzante popular del tamaño de un ladrillo de barro cocido, que resulta de la miel desechada en las plantaciones de caña de azúcar). Vea maestro- se refería al estucador- ya está navegando a toda máquina el “ Smartphone” y ese “pingo” todavía con… ¡ Una  panela! (“pingo” era el  apelativo para gentes de esa ciudad que quería significar a alguien insensato, pero que se decía como “muletilla” ¡Ahh.. ¿qué pensarás de mi beeper?... Huevón!-dijo el doctor-. Hicieron detener una buseta y la abordaron ( a la derecha de la buseta circulaba  un motociclista que fue dar lentamente  contra un andén).   Radio Nacional transmitía la noticia destacada de estos inicios de año con la captura de un jefe guerrillero apodado “Granda”; que si fue detenido en el vecino país, que si no fue en el vecino país la captura; que la Potencia Mundial estuvo involucrada.… La madre, chino –dijo el doctor- apague ese puto radio o si no le lanzo de aquí un bollo de estuco. Primero se bebía un café servido en un vaso desechable del que vendía Doña Teresa, la que cargaba los termos con el negro líquido en un carrito de bebé… ¡Ya son las tres de la tarde y no podremos cumplir la tarea por estar hablando paja…! Maestro es que los lunes siempre son del zapatero –repuso el Chino-( con eso se refería a la costumbre de los obreros de zapatería de no trabajar los lunes) ¡ Tienes razón, acabemos este puto enero, entonces, hablando m…! ¿Cuántos años tienes Damián Alexandre? Entré a diez y siete años, Maestro Corto ¿porqué la pregunta? Es que estaba pensando en el hijo de Joaquín. Ese Joaquín es un miserable cojo que se gasta todo el salario en cerveza.  Es que la Mamá de Joaquín es funcionaria de la Alcaldía -contestó el chino. Bueno, esa tarde, el paisa, cuando los obreros estaban prendidos (quiere decir que ya estaban alicorados) propuso que nos fuéramos todos a seguir bebiendo licor a un lupanar; yo, como dije, logré escaparme, después supe que fueron pocos los que siguieron al paisa y duraron perdidos unos días, hasta el punto que la familia del paisa puso la demanda a la policía ( el maestro de obra es cuñado del paisa), fue cuando usted lo escuchó pedir fiada la merienda.  Bueno don Corto, menos mal que yo me había ido con Michael Owen  a una sala de Internet.

jueves, 9 de agosto de 2012

Lesley-Anne


Lesley-Anne observaba el pequeño autorretrato de Ronald Reagan obsequiado por él con la confesión de que había hecho la caricatura en una reunión en la que estuvo bostezando más de la cuenta. Faltaban unos 20 años para finalizar el siglo XX, en lo corrido de ese año los mejores acontecimientos de su vida le llegaban con la naturalidad de los que han acumulado riqueza siempre. Recorría sus 55 años con la energía de las mujeres que se han trazado altas metas. No podía imaginar viendo la caricatura, como un hombre podía siempre tener una pipa en la boca mientras su fino sombrero dormía en su cabeza como el extraordinario primate llamado El Perezoso; pero estos vagos pensamientos pasaban como una cortina del humo de su cigarrillo, ante la preocupación por disminuir su masa corporal; unos cuantos quilos le vendrían bien (La verdad-se dice- su dieta estaba destinada a quitarle del cuerpo unos 10 kilos en dos semanas). Corría el año 79, no había cambiado su gusto por el whisky Teacher,s, el Gin  que bebía su marido, también los cigarrillos Benson. Quizá este whisky (Lo menciono con la ingenuidad del que se atreve a confesar su ignorancia: cosa que no hacen los esnobistas)  no sea como ese otro whisky ,  mediocre según Gutiérrez Girardot, vendido, lo supongo, a precio de importación, así tampoco será como el que menciona la publicidad el mejor de la historia del mundo dejando en pañales al Teacher’s ¿porqué Lesley prefería este licor a pesar de tener la fama de ser en el mundo el whisky bebida para hombres? Porque acaso quería demostrar que eso, precisamente,  era sólo fama, o por su fuerte carácter, cosa  que dejaría en claro de que no sería para ella  sólo exclusividad de hombres, pero tampoco era una feminista- eso también quedaba claro-. No había otra mujer en tan importante cargo en toda Europa-pensó ella-, ahora con mayor razón por Rusia que la había apodado La Dama de Hierro por sus duras criticas a ese reino leninista. Tras sus 11 años en el poder ¿qué le había aportado al mundo su personalismo? ¿todos veían en Ella una mano invisible- el dejar hacer-? Nueve años atrás a Lesley la habían apodado “la leche”, no por su diplomado en química, ni por sus recuerdos de sus comidas apresuradas de enlatados de pescados, o por sus intervenciones en las cervecería donde bebían los obreros, hasta que fue elegida la cabeza del partido. No podía dar marcha atrás, sus asesores de imagen habían sido implacables: la líder de los “ríos” debía ser mujer y política. Para eso contaba con las toronjas de otoño y los huevos. Una mañana desayunando con un jugo de pomelos y un par de huevos revueltos pensó que esa era la dieta que había estado esperando por mucho tiempo. El día comenzaba para ella con un par de huevos y pomelo , más café o té. Para el almuerzo la dieta consistía nuevamente en pomelo y dos huevos, aunque el primero podía ser sustituido por tomates o espinacas. Ese modesto almuerzo lo pasaba con café. La cena en tal contexto parecía mucho más variada. Es cierto que los lunes los huevos los acompañaba con ensalada y con pan tostado, mas el pomelo y el café, obviamente. En cambio los otros días podía darse el gusto de servirse un bistec o chuletas de cordero, requesón y verduras. Y los fines de semana las exigencias de la dieta era menos rigurosa, pues degustaba más bistec, carne de pollo frío y ensalada de fruta. Después quedaría escrito en su diario que esta dieta no debía durar más de dos semanas y recuperaría la capacidad física que necesitaba para su agitada vida de mujer publica: entre esas, reportajes televisivos que vendían la imagen que ella necesitaba mostrar a la serenas amas de casa anglosajonas : Lesley, preparaba pasteles y lavaba los platos mientras servía un café a su marido. Su desayuno no era que hubiera variado mucho, solamente había suspendido el aromático tocino. Pero en sí, viviendo con su familia en la Downing Street 10, su vida siguió siendo bastante simple, pues hasta donde era posible el matrimonio se empeñó, como en los años anteriores, en tomar desayuno juntos. El desayuno, cuando toda la familia se juntaba, se convirtió en la comida clave del día. La jornada, íntegramente ocupada, no dejaba posibilidades para reunirse todos a la mesa. Ya entrada la noche, terminada la jornada,  Lesley podía por fin, ir a la cocina y prepararse algo. Lesley, debía también bajar el consumo de carne si quería beber unos vasos de whisky más a la semana, cosa que  la haría menos irascible de lo que entonces era. Luego mirando vagamente la caricatura de Reagan, se disponía a poner en práctica la receta que le había dado un audaz consejero (nunca se lo identificó) y que tenía que estar realizada  en tres meses. Esa era la meta ,bajar de peso en tres meses y recién llegada al número 10 de Downing Street en el centro de Londres, donde han vivido por doscientos  años los primeros ministros del Reino Unido y modernamente, después de estar a punto de ser demolidos todos esos edificios deteriorados por el tiempo, a no ser por considerar que eran unos de los pocos patrimonios históricos  en Londres. Y en esas edificaciones, lo que más resaltaba de ese estilo -Jorgesco- eran sus ventanas de guillotina, que representaban un sin número de cosas y entre esas el gusto de sus mayores intelectuales por la asociación de ideas. ¿qué estaba asociado a una ventana de guillotina, por ejemplo? Lo más insospechado, fue la disputa por la cuna de la teoría de la gravitación entre Isaac Newton y el inventor de tal ventana en pleno siglo XVIII:el señor   Robert Hooke, conocido como un ilustrísimo científico que había inventado entre otras cosas el primer barómetro; pero es un poco irónico que de su gran destino como científico y que dista de Newton solamente porque este formuló matemáticamente la Ley de la gravedad, quede sólo una ventana de guillotina. A Dowwin strere le daba ese lustre  sus ventanas de guillotina, sus tejados en punta y su amarillezco color que contrastaba incluso con unas bellas tardes otoñales ¿entonces en qué consistía la apresurada receta de Lesley para bajar de peso apresuradamente? Antes de declararlo, se debe decir que muchos copartidarios de Leslie consideraban esto una burla para minimizar sus logros políticos en Inglaterra y en el mundo: sus ideas caldeadas con las de Reagan tuvieron una difusión mundial. De todas maneras, parece pertinente seguir con esta narración y hasta informar sobre esos logros políticos que transformaron la sociedad mundial, como también seguir narrando la famosa dieta y después determinar si se llevó  a la práctica y tuvo los efectos secundarios que pregonaron algunos médicos, y que fueron complicaciones gastrointestinales como las flatulencias , halitosis, y lo que horroriza a los italianos y españoles, el estreñimiento. La receta  había sido bautizada con el nombre de la prestigiosa clínica norteamericana “mayo”, nombre que indignó, supuestamente, a sus directores, que negaron enfáticamente la veracidad de tal dieta de parte de esta clínica, que declararon que tal vez fue un invento de sus adversarios políticos, que viéndola gorda, quisieron aprovechar esto para descalificarla ( pero esto no era el caso, como dijimos); esta dieta consistió, en suma, en comerse una montaña de huevos y sus efectos como lo hemos repetido insistentemente deberían producirle un pérdida considerable de peso sin contar con los mencionados efectos colaterales. Pero lo que le da veracidad a la aparente absurda dieta de tan importante personaje político mundial, es una autobiografía contenida en los llamados “papeles personales” que reposan en la universidad de Cambridge, que seguramente estarán on-line pues ya han visto multitudinariamente la luz pública. La primera ministra británica Leslie-anne siguió estrictamente por dos semanas la apócrifa dieta de la clínica de mayo: desayunaba con huevos, almorzaba con huevos y cenaba muchos días a la semana con huevos (hasta el momento no he podido averiguar cómo los prefería) lo que daba un total de 30 huevos o más cuando repetía. Pues estos hechos, de parte de gente de Inglaterra, no deberían impresionar si se tiene en cuenta que ellos tienen fama de excéntricos, pero si se le preguntara a un actual nutricionista lo primero que pensaría de seguro seria en los mencionado efectos colaterales. La clínica de mayo desde Estados Unidos, envió  sin pérdida de tiempo como portavoz a unos de sus nutricionistas ( que ocultamente pudo vender la dieta )para declarar tajantemente que esa fórmula, la dieta de mayo, no era de su propiedad. Siguiendo con la historia de la asociación de ideas, que trataron tan abundantemente los ingleses, no puede dejar de mencionarse  la obra cumbre de George Sterne, que desenvuelve está en su obra novelística y hace apertura al mundo moderno, mientras España, dormía el sueño de los justos  hasta bien avanzado el siglo XIX, demostrable en la anacrónica obra de Juan Valera, que venido al caso, no se comprende cómo puede hasta esa fecha tratar en sus cuentos un moralismo anacrónico y no por su cuento titulado La Reina Madre que con un simple “pedo” hace parir un prospero reino y destierra la envidia arraigada en su tierra.. Donal Hensrud, el enviado por la clínica de mayo, declaró que jamás hubiera recomendado esa receta a la primera ministra, además por ser una evidente falta de respeto le dijo al periodista del The Times, y lo más importante, potencialmente peligroso para la salud de Leslie-anne (nunca se supo si él en verdad fue un espía de tal clínica). No sé porqué un detractor político que leía la entrevista, pensaba en la historia del pedo (no sé si leyó el cuento de Valera)y sabia de la vergüenza que se esconde detrás de esa palabreja en las vergonzantes sociedades occidentales, pero el detractor pensaba más en la frase que había hecho mundialmente famosa a la primera ministra y que se publicó en los documentos del primer año de gobierno ¿cómo concluyó Lesley que la sociedad era sólo nubes? ¿Qué cada quien debía trabajar por sus objetivos? Lo mismo le decía, más actualmente, Silvio Berlusconi a las muchachas : si quieren poder y dinero, cásense con alguien que tenga poder y dinero. Así se  resumía el credo de su  partido, esa idea la pronunció cuando tenía siete años en el poder y ante destacadas dirigentes feministas. Decía Lesley: "La ética es siempre personal. No hay tal cosa como una conciencia colectiva, una amabilidad colectiva, una delicadeza colectiva, una libertad colectiva". ¿en qué momento empezaron a llamar a Leslie-Anne la dama de hierro? Leslie siguió entonces declarando su postulado político: "Hablar de justicia social, de responsabilidad social, de un nuevo orden mundial, puede ser fácil y hacernos sentir bien, pero no nos absuelve a cada uno de nosotros de la responsabilidad individual". De todas maneras La historia universal libra a la sociedad del individualismo patente que ha quedado en la sociedad y representado por alguien que compra un automóvil y al cabo de algunos años lo cambia, o alguien que sentado en un gran restaurante se ve un fin de semana comiéndose una hamburguesa en una esquina cualquiera y en una tarde en que alguien pasa fumándose u cigarrillo. La vida individual se concreta en la comida y también en el individualismo socialista del leninismo




martes, 31 de julio de 2012

Yocasta

Estuvo precisamente observando la ciudad que nunca había querido conocer, o mejor, que nunca hubiera podido conocer, la ciudad al otro lado del océano, la que de una u otra forma es un lugar soñado por los amantes de todos los tiempos. Estuvo navegando por ese canal milenario de trayectorias donde se veían esas edificaciones que habitaron poetas como Lord Byron, en donde se daban fiestas aristocráticas de máscaras medievales: no podía creerlo o no se había pellizcado en ese presente: parecía serle indiferente la compañía de la mujer que había querido en esos últimos años, que había conseguido ahora lo pensaba como un milagro así no creyera en los milagros. Mucho tiempo después su mujer había narrado ese viaje a una persona que percibió en eso alguna ostentación, como él la había percibido en cierta ocasión cuando ella le narraba sus paseos por aquel turístico país de monumentos y arte. Había percibido también en la respuesta de aquellos la impotencia de los que no podían hacer lo mismo, o de los que haciéndolo les había dolido el esfuerzo en dinero y voluntad , por carecer quizá de una cultura suficiente para apreciar las delicias del viejo mundo. Se decía que no sabía sentir alegría, pero en el fondo era su paradójica suerte que lo abrumaba ¿Que es la alegría? ¡Es un sentimiento del instante! ¿se puede sentir alegría todos los días? Cierto que los sentimientos humanos varían constantemente y se puede pasar de la tristeza simultáneamente a la ira. Pero para él parecía que la amargura fuera su desayuno diario, una ira contenida siempre, un disgusto dispuesto a invadirlo en cualquier momento, una aptitud critica ante todo que le imposibilitaba los pequeños momentos de contento, de sentir la suave brisa de la vida. Quien duda que en su interioridad albergaba la mina de amargura: un resentimiento tremendo, una ofensa que había quedado sin resolver para siempre. No se creía merecedor de todo lo que le había ocurrido, sus viajes su buena vida, todo. Su mujer la notaba pero ella la toleraba y a veces se mostraba dolida y por sus mejillas resbalaban unas cuantas lagrimas ¿cuántas veces sentado a la mesa, delante de un buen vino y en una noche de hermoso invierno parisiense quiso sentir alegría? ¿que era sentir alegría? Alguien le habría dicho que la culpa puede matar la alegría. Cuando la culpa se generaliza es dañina. Un ejemplo son las personas que sienten demasiada compasión por indigentes, por ejemplo, llega el día que al generalizar este sentimiento llega a pensar que ella es culpable de tal situación y al encontrar salida a esto entra en un estado de tristeza incontrolado. Pero él pensaba esa seriedad enraizada en su idea de la vida: había sido un soñador sin realidad, había sido un solitario desconectado de su familia y la soledad lo había rondado como a un libertino venido a menos; esa era la vida que le había tocado en suerte y la amaba a no ser por la carga que le había impuesto subliminalmente su progenitora a la muerte de su padre: debía ser el padre de sus hermanos. Costumbre que había florecido en estos países ante el abandono que hacían a las esposas ante el arraigo de las madres padres; pero él también había abandonado los suyos. Una noche de nieve que cubría las calles, se detuvo con Yocasta en una esquina y la besó.