El muchacho dijo espontáneamente que aquel tipo -luego
lo señaló con su dedo índice- era de “medallo”, que lo había escuchado hablar el
viernes mientras pedía fiado el refrigerio de antes del almuerzo, lo que
correspondía al mecato de media mañana en el modismo local. Luego lo escuchó
decir la “muletilla” de la gente de “medallo” mientras le pedía regalado un
cigarrillo a su ayudante. Ese viejo es
un desjuiciado, siempre se ve sin dinero
–sentenció el muchacho- dando el último sorbo a su vaso de avena. Si lo
dice por viejo, apenas tiene treinta años -repuse- Yo estuve con él el viernes;
hablaba, hablaba, hablaba fluidamente
con ese acento tan envolvente que tienen los de allí ¿no has escuchado hablar
de los culebreros? Se dice que “culebrero” que se respete es de Medallo (el
culebrero es un vendedor ambulante que hace gala de una terrible elocuencia
callejera). La señora que vendía las
“papas rellenas” y la avena siempre bostezaba a esta hora del lunes, gesto que
me parecía fuera de lugar en este mes del año en que el sol del trópico quemaba. Nos encaminamos hacia el piso doce de la obra no
dando tregua al comentario: ¡Mire chino…! -Le dije- (el apelativo “chino” en el
modismo local se reservaba para niños y gente del común), el paisa, como le
dicen a los de “medallo”, no dejaba de pedir cerveza, no dejaba de hablar: ahí
estuvo el maestro de obra, los mamposteros, los estucadores; el lugar se volvió
una orgía de cerveza, de música ranchera, hasta que el costeño se enfureció;
exigió que pusieran canciones vallenatos. Ahí se formó un problema; me quise ir, pude leer
en la mente de Joaquín que no me dejaría ir hasta que no gastara el último
centavo; el maestro de obra, dijo persuasiva, paternalmente , que dejaran ir al
doctor ( así me habían apodado en la obra). El chino dijo con entusiasmo que conocía al
hijo de Joaquín; el hijo de Joaquín dice
que dentro de pocos años estará jugando en un club de futbol en Europa, me lo
dice a mí que soy su amigo ¿pero al menos está jugando ya en el equipo de
futbol de la ciudad? -Le pregunté- ¡No…!
–Contestó- pero es el mejor jugador del equipo del barrio, se da el lujo de
ostentar su clase de jugador, incluso en su colegio. Muchos lo odian porque va por ahí diciendo que se
parece físicamente a Michael Owen, incluso se dio el lujo de despreciar a Mirleya,
que se atrevió a decirle que él le
gustaba. Ella, resentida, le dijo que no
tenía la altura de Owen ( por supuesto el no llegaría a medir un metro noventa
en su edad adulta, con diez y seis años, a los veinte llegaría a medir por mucho uno sesenta y
cinco, que es por decir menos la estatura promedio). Luego se fue calle abajo de la casa de Joaquín
( que es una casa como las que se
construían en la colonia española, en un barrio en las que quedaban ya pocas) y
se escuchaban sus insultos contra el que se le atravesara... Pero el hijo de Joaquín no va a los bailes de
cumbias peruanas, donde van los llamados “ñeros” (los que se han vuelto “ninis”) ¿entonces qué música le gusta al
hijo de Joaquín? Esa que sonaba a
finales de diciembre del año que acabó de pasar ( el dos mil cuatro ). Un fuerte olor hizo que el chino se distrajera,
cayéndole en el ojo derecho la delgada sopa del estuco; la queja hizo que el
doctor se bajara del banco de madera que usaba para estucar las partes altas
del muro. El ojo del chino le lloraba
por el enrojecimiento, el doctor le lavó el ojo con abundante agua, mientras
decía que había algo raro en la obras en construcción que hacía que el
intestino no funcionara decentemente. Luego le sonó el “beeper”, lo miró ( también al
reloj) y salieron de la obra bajo las
maldiciones del chino que decía que cuando alguien está de malas hasta del
cielo llueve m… Al maestro de obra le sonó su
teléfono celular ( que era una rara ostentación ); el chino le alcanzó a
ver el celular y se burló de esa “panela” ( la panela es un endulzante popular
del tamaño de un ladrillo de barro cocido, que resulta de la miel desechada en
las plantaciones de caña de azúcar). Vea maestro- se refería al estucador- ya
está navegando a toda máquina el “ Smartphone” y ese “pingo” todavía con… ¡ Una
panela! (“pingo” era el apelativo para gentes de esa ciudad que quería
significar a alguien insensato, pero que se decía como “muletilla” ¡Ahh.. ¿qué
pensarás de mi beeper?... Huevón!-dijo el doctor-. Hicieron detener una buseta
y la abordaron ( a la derecha de la buseta circulaba un motociclista que fue dar lentamente contra un andén). Radio Nacional transmitía la noticia
destacada de estos inicios de año con la captura de un jefe guerrillero apodado
“Granda”; que si fue detenido en el vecino país, que si no fue en el vecino
país la captura; que la Potencia Mundial estuvo involucrada.… La madre, chino
–dijo el doctor- apague ese puto radio o si no le lanzo de aquí un bollo de
estuco. Primero se bebía un café servido en un vaso desechable del que vendía
Doña Teresa, la que cargaba los termos con el negro líquido en un carrito de
bebé… ¡Ya son las tres de la tarde y no podremos cumplir la tarea por estar
hablando paja…! Maestro es que los lunes siempre son del zapatero –repuso el
Chino-( con eso se refería a la costumbre de los obreros de zapatería de no
trabajar los lunes) ¡ Tienes razón, acabemos este puto enero, entonces,
hablando m…! ¿Cuántos años tienes Damián Alexandre? Entré a diez y siete años,
Maestro Corto ¿porqué la pregunta? Es que estaba pensando en el hijo de
Joaquín. Ese Joaquín es un miserable cojo que se gasta todo el salario en
cerveza. Es que la Mamá de Joaquín es
funcionaria de la Alcaldía -contestó el chino. Bueno, esa tarde, el paisa,
cuando los obreros estaban prendidos (quiere decir que ya estaban alicorados)
propuso que nos fuéramos todos a seguir bebiendo licor a un lupanar; yo, como
dije, logré escaparme, después supe que fueron pocos los que siguieron al paisa
y duraron perdidos unos días, hasta el punto que la familia del paisa puso la
demanda a la policía ( el maestro de obra es cuñado del paisa), fue cuando
usted lo escuchó pedir fiada la merienda.
Bueno don Corto, menos mal que yo me había ido con Michael Owen a una sala de Internet.
Es un Itinerario de escritor y también un cuaderno de reflexiones en mi carrera literaria.
martes, 12 de marzo de 2013
jueves, 9 de agosto de 2012
Lesley-Anne
Lesley-Anne observaba el pequeño autorretrato de Ronald
Reagan obsequiado por él con la confesión de que había hecho la caricatura en
una reunión en la que estuvo bostezando más de la cuenta. Faltaban unos 20 años
para finalizar el siglo XX, en lo corrido de ese año los mejores acontecimientos
de su vida le llegaban con la naturalidad de los que han acumulado riqueza
siempre. Recorría sus 55 años con la energía de las mujeres que se han trazado
altas metas. No podía imaginar viendo la caricatura, como un hombre podía
siempre tener una pipa en la boca mientras su fino sombrero dormía en su cabeza
como el extraordinario primate llamado El Perezoso; pero estos vagos
pensamientos pasaban como una cortina del humo de su cigarrillo, ante la
preocupación por disminuir su masa corporal; unos cuantos quilos le vendrían
bien (La verdad-se dice- su dieta estaba destinada a quitarle del cuerpo unos
10 kilos en dos semanas). Corría el año 79, no había cambiado su gusto por el whisky
Teacher,s, el Gin que bebía su marido,
también los cigarrillos Benson. Quizá este whisky (Lo menciono con la
ingenuidad del que se atreve a confesar su ignorancia: cosa que no hacen los esnobistas)
no sea como ese otro whisky , mediocre según Gutiérrez Girardot, vendido, lo
supongo, a precio de importación, así tampoco será como el que menciona la
publicidad el mejor de la historia del mundo dejando en pañales al Teacher’s ¿porqué
Lesley prefería este licor a pesar de tener la fama de ser en el mundo el
whisky bebida para hombres? Porque acaso quería demostrar que eso, precisamente,
era sólo fama, o por su fuerte carácter,
cosa que dejaría en claro de que no sería
para ella sólo exclusividad de hombres,
pero tampoco era una feminista- eso también quedaba claro-. No había otra mujer
en tan importante cargo en toda Europa-pensó ella-, ahora con mayor razón por
Rusia que la había apodado La Dama de Hierro por sus duras criticas a ese reino
leninista. Tras sus 11 años en el poder ¿qué le había aportado al mundo su
personalismo? ¿todos veían en Ella una mano invisible- el dejar hacer-? Nueve
años atrás a Lesley la habían apodado “la leche”, no por su diplomado en
química, ni por sus recuerdos de sus comidas apresuradas de enlatados de pescados,
o por sus intervenciones en las cervecería donde bebían los obreros, hasta que
fue elegida la cabeza del partido. No podía dar marcha atrás, sus asesores de
imagen habían sido implacables: la líder de los “ríos” debía ser mujer y
política. Para eso contaba con las toronjas de otoño y los huevos. Una mañana
desayunando con un jugo de pomelos y un par de huevos revueltos pensó que esa
era la dieta que había estado esperando por mucho tiempo. El día comenzaba para ella con un par de huevos y
pomelo , más café o té. Para el almuerzo la dieta consistía nuevamente en
pomelo y dos huevos, aunque el primero podía ser sustituido por tomates o
espinacas. Ese modesto almuerzo lo pasaba con café. La cena en tal contexto
parecía mucho más variada. Es cierto que los lunes los huevos los acompañaba
con ensalada y con pan tostado, mas el pomelo y el café, obviamente. En cambio
los otros días podía darse el gusto de servirse un bistec o chuletas de
cordero, requesón y verduras. Y los fines de semana las exigencias de la dieta
era menos rigurosa, pues degustaba más bistec, carne de pollo frío y ensalada
de fruta. Después quedaría escrito en su diario que esta dieta no debía durar
más de dos semanas y recuperaría la capacidad física que necesitaba para su
agitada vida de mujer publica: entre esas, reportajes televisivos que vendían
la imagen que ella necesitaba mostrar a la serenas amas de casa anglosajonas :
Lesley, preparaba pasteles y lavaba los platos mientras servía un café a su
marido. Su desayuno no era que hubiera variado mucho, solamente había
suspendido el aromático tocino. Pero en sí, viviendo con su familia en la Downing
Street 10, su vida siguió siendo bastante simple, pues hasta donde era posible
el matrimonio se empeñó, como en los años anteriores, en tomar desayuno juntos.
El desayuno, cuando toda la familia se juntaba, se convirtió en la comida clave
del día. La jornada, íntegramente ocupada, no dejaba posibilidades para
reunirse todos a la mesa. Ya entrada la noche, terminada la jornada, Lesley podía por fin, ir a la cocina y
prepararse algo. Lesley, debía también
bajar el consumo de carne si quería beber unos vasos de whisky más a la semana,
cosa que la haría menos irascible de lo
que entonces era. Luego mirando vagamente la caricatura de Reagan, se disponía
a poner en práctica la receta que le había dado un audaz consejero (nunca se lo
identificó) y que tenía que estar realizada en tres meses. Esa era la meta ,bajar de peso
en tres meses y recién llegada al número 10 de Downing Street en el centro de
Londres, donde han vivido por doscientos años los primeros ministros del Reino Unido y
modernamente, después de estar a punto de ser demolidos todos esos edificios
deteriorados por el tiempo, a no ser por considerar que eran unos de los pocos
patrimonios históricos en Londres. Y en esas
edificaciones, lo que más resaltaba de ese estilo -Jorgesco- eran sus ventanas
de guillotina, que representaban un sin número de cosas y entre esas el gusto
de sus mayores intelectuales por la asociación de ideas. ¿qué estaba asociado a
una ventana de guillotina, por ejemplo? Lo más insospechado, fue la disputa por
la cuna de la teoría de la gravitación entre Isaac Newton y el inventor de tal
ventana en pleno siglo XVIII:el señor Robert Hooke,
conocido como un ilustrísimo científico que había inventado entre
otras cosas el primer barómetro; pero es un poco irónico que de su gran destino como científico y que
dista de Newton solamente porque este formuló matemáticamente la Ley de la
gravedad, quede sólo una ventana de guillotina. A Dowwin strere le daba ese lustre sus ventanas de guillotina, sus tejados en
punta y su amarillezco color que contrastaba incluso con unas bellas tardes otoñales
¿entonces en qué consistía la apresurada receta de Lesley para bajar de peso
apresuradamente? Antes de declararlo, se debe decir que muchos copartidarios de
Leslie consideraban esto una burla para minimizar sus logros políticos en
Inglaterra y en el mundo: sus ideas caldeadas con las de Reagan tuvieron una difusión
mundial. De todas maneras, parece pertinente seguir con esta narración y hasta
informar sobre esos logros políticos que transformaron la sociedad mundial,
como también seguir narrando la famosa dieta y después determinar si se llevó a la práctica y tuvo los efectos secundarios
que pregonaron algunos médicos, y que fueron complicaciones gastrointestinales
como las flatulencias , halitosis, y lo que horroriza a los italianos y
españoles, el estreñimiento. La receta había
sido bautizada con el nombre de la prestigiosa clínica norteamericana “mayo”,
nombre que indignó, supuestamente, a sus directores, que negaron enfáticamente
la veracidad de tal dieta de parte de esta clínica, que declararon que tal vez
fue un invento de sus adversarios políticos, que viéndola gorda, quisieron
aprovechar esto para descalificarla ( pero esto no era el caso, como dijimos);
esta dieta consistió, en suma, en comerse una montaña de huevos y sus efectos
como lo hemos repetido insistentemente deberían producirle un pérdida considerable
de peso sin contar con los mencionados efectos colaterales. Pero lo que le da
veracidad a la aparente absurda dieta de tan importante personaje político
mundial, es una autobiografía contenida en los llamados “papeles personales”
que reposan en la universidad de Cambridge, que seguramente estarán on-line pues
ya han visto multitudinariamente la luz pública. La primera ministra británica
Leslie-anne siguió estrictamente por dos semanas la apócrifa dieta de la clínica
de mayo: desayunaba con huevos, almorzaba con huevos y cenaba muchos días a la
semana con huevos (hasta el momento no he podido averiguar cómo los prefería)
lo que daba un total de 30 huevos o más cuando repetía. Pues estos hechos, de
parte de gente de Inglaterra, no deberían impresionar si se tiene en cuenta que
ellos tienen fama de excéntricos, pero si se le preguntara a un actual
nutricionista lo primero que pensaría de seguro seria en los mencionado efectos
colaterales. La clínica de mayo desde Estados Unidos, envió sin pérdida de tiempo como portavoz a unos de
sus nutricionistas ( que ocultamente pudo vender la dieta )para declarar tajantemente
que esa fórmula, la dieta de mayo, no era de su propiedad. Siguiendo con la
historia de la asociación de ideas, que trataron tan abundantemente los
ingleses, no puede dejar de mencionarse la obra cumbre de George Sterne, que
desenvuelve está en su obra novelística y hace apertura al mundo moderno,
mientras España, dormía el sueño de los justos hasta bien avanzado el siglo XIX, demostrable
en la anacrónica obra de Juan Valera, que venido al caso, no se comprende cómo
puede hasta esa fecha tratar en sus cuentos un moralismo anacrónico y no por su
cuento titulado La Reina Madre que con un simple “pedo” hace parir un prospero
reino y destierra la envidia arraigada en su tierra.. Donal Hensrud, el enviado
por la clínica de mayo, declaró que jamás hubiera recomendado esa receta a la
primera ministra, además por ser una evidente falta de respeto le dijo al periodista
del The Times, y lo más importante, potencialmente peligroso para la salud de
Leslie-anne (nunca se supo si él en verdad fue un espía de tal clínica). No sé porqué
un detractor político que leía la entrevista, pensaba en la historia del pedo (no
sé si leyó el cuento de Valera)y sabia de la vergüenza que se esconde detrás de
esa palabreja en las vergonzantes sociedades occidentales, pero el detractor
pensaba más en la frase que había hecho mundialmente famosa a la primera
ministra y que se publicó en los documentos del primer año de gobierno ¿cómo concluyó
Lesley que la sociedad era sólo nubes? ¿Qué cada quien debía trabajar por sus
objetivos? Lo mismo le decía, más actualmente, Silvio Berlusconi a las
muchachas : si quieren poder y dinero, cásense con alguien que tenga poder y
dinero. Así se resumía el credo de
su partido, esa idea la pronunció cuando
tenía siete años en el poder y ante destacadas dirigentes feministas. Decía
Lesley: "La ética es siempre personal. No hay tal cosa
como una conciencia colectiva, una amabilidad colectiva, una delicadeza colectiva,
una libertad colectiva". ¿en qué momento empezaron a llamar a Leslie-Anne
la dama de hierro? Leslie siguió entonces declarando su postulado político:
"Hablar de justicia social, de responsabilidad social, de un nuevo orden
mundial, puede ser fácil y hacernos sentir bien, pero no nos absuelve a cada
uno de nosotros de la responsabilidad individual". De todas maneras La
historia universal libra a la sociedad del individualismo patente que ha
quedado en la sociedad y representado por alguien que compra un automóvil y al
cabo de algunos años lo cambia, o alguien que sentado en un gran restaurante se
ve un fin de semana comiéndose una hamburguesa en una esquina cualquiera y en
una tarde en que alguien pasa fumándose u cigarrillo. La vida individual se
concreta en la comida y también en el individualismo socialista del leninismo
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Literatuta. Narrativa.
martes, 31 de julio de 2012
Yocasta
Estuvo precisamente observando la ciudad que nunca había querido conocer, o mejor, que nunca hubiera podido conocer, la ciudad al otro lado del océano, la que de una u otra forma es un lugar soñado por los amantes de todos los tiempos. Estuvo navegando por ese canal milenario de trayectorias donde se veían esas edificaciones que habitaron poetas como Lord Byron, en donde se daban fiestas aristocráticas de máscaras medievales: no podía creerlo o no se había pellizcado en ese presente: parecía serle indiferente la compañía de la mujer que había querido en esos últimos años, que había conseguido ahora lo pensaba como un milagro así no creyera en los milagros. Mucho tiempo después su mujer había narrado ese viaje a una persona que percibió en eso alguna ostentación, como él la había percibido en cierta ocasión cuando ella le narraba sus paseos por aquel turístico país de monumentos y arte. Había percibido también en la respuesta de aquellos la impotencia de los que no podían hacer lo mismo, o de los que haciéndolo les había dolido el esfuerzo en dinero y voluntad , por carecer quizá de una cultura suficiente para apreciar las delicias del viejo mundo. Se decía que no sabía sentir alegría, pero en el fondo era su paradójica suerte que lo abrumaba ¿Que es la alegría? ¡Es un sentimiento del instante! ¿se puede sentir alegría todos los días? Cierto que los sentimientos humanos varían constantemente y se puede pasar de la tristeza simultáneamente a la ira. Pero para él parecía que la amargura fuera su desayuno diario, una ira contenida siempre, un disgusto dispuesto a invadirlo en cualquier momento, una aptitud critica ante todo que le imposibilitaba los pequeños momentos de contento, de sentir la suave brisa de la vida. Quien duda que en su interioridad albergaba la mina de amargura: un resentimiento tremendo, una ofensa que había quedado sin resolver para siempre. No se creía merecedor de todo lo que le había ocurrido, sus viajes su buena vida, todo. Su mujer la notaba pero ella la toleraba y a veces se mostraba dolida y por sus mejillas resbalaban unas cuantas lagrimas ¿cuántas veces sentado a la mesa, delante de un buen vino y en una noche de hermoso invierno parisiense quiso sentir alegría? ¿que era sentir alegría? Alguien le habría dicho que la culpa puede matar la alegría. Cuando la culpa se generaliza es dañina. Un ejemplo son las personas que sienten demasiada compasión por indigentes, por ejemplo, llega el día que al generalizar este sentimiento llega a pensar que ella es culpable de tal situación y al encontrar salida a esto entra en un estado de tristeza incontrolado. Pero él pensaba esa seriedad enraizada en su idea de la vida: había sido un soñador sin realidad, había sido un solitario desconectado de su familia y la soledad lo había rondado como a un libertino venido a menos; esa era la vida que le había tocado en suerte y la amaba a no ser por la carga que le había impuesto subliminalmente su progenitora a la muerte de su padre: debía ser el padre de sus hermanos. Costumbre que había florecido en estos países ante el abandono que hacían a las esposas ante el arraigo de las madres padres; pero él también había abandonado los suyos. Una noche de nieve que cubría las calles, se detuvo con Yocasta en una esquina y la besó.
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martes, 26 de junio de 2012
Sara
Todavía estoy en el Centro. Aun los vendedores ambulantes, a pesar de una persistente llovizna que para fines de junio es un poco anormal, llenan las calles, pero esta vez sin pregonar sus productos agrícolas. Del otro lado de la manzana están los vendedores de abarrotes que compiten con los miles de pequeños almacenes instalados en edificios pequeños (todos estos pequeños comerciantes no pagan impuestos). Me quiero ir, pero no se a que lugar: en esas me encuentro con Álvaro que me saluda efusivamente y me invita a beberme unas cervezas. Le pido disculpas y volteo la esquina; me he olvidado decirle que vi aquella mujer que alguna vez me mostró en las calles donde estas deambulan. Iba de pasajera en el autobús y estuvo hablando amigablemente con un desconocido. El mismo Álvaro me decía que aquí le gente acostumbra a ser muy transparente con quien conversa. Álvaro la vio una tarde como ésta y le pareció que las mujeres de este sector cobraban menos que las que se paseaban por el parque público de unas calles más arriba. Allí el puesto de policía no tenía efecto sobre ellas por el curso natural de ese estado de cosas. Me narró que la vio tranquila pero su aspecto le había parecido desaseado, de todas maneras sin pensarlo le preguntó que si quería acompañarlo un poco, ella le dijo que tenía que darle la mitad del sueldo diario de un obrero: -Nada- pensó este. Pero él le había dicho como para no perder la costumbre, como por una especie de impulso. Jamás hubiera ido con Ella pensó después, no porque fuera indeseable: era una mujer de unos 25 años y a pesar de que estaba un poco subida de peso, no le pareció del todo indeseable. Fue por su desaseo. Entonces que tienen las mujeres de ese parque que testimoniaba la conmemoración de los 100 años de quien sabe qué suceso. Tienen, dijo él encarándome, limpieza. La verdad yo nunca había sido adepto a frecuentar ese tipo de mujeres, ni siquiera las que llaman prepago, de las cuales el caso de los escoltas del Presidente Norteamericano Obama , son fiel testimonio. Hasta luego, me dijo Álvaro. Seguí con mis pensamientos mientras esperaba el autobús: Esa mujer que de verdad se veía desaseada narraba su vida privada: si trabajo en el sector del centro (Obviamente ninguna persona dentro del autobús sabía de su ocupación), tengo marido y dos hijos. Mi costilla es albañil pero siempre está sin trabajo. Antes pagaba un hotel todos los días, pero también este trabajo es poco remunerado ; no se levanta plata fácil. Entonces me tocó mudarme a una habitación a las afueras de la ciudad. Yo soy una mujer decente saben; en cambio las mujeres del parque fuman porquerías y a mí no me dejan acercar por allí. Estuve tentado a esperar a pasarme a su puesto, decirle que todo se debía a su desaseo, que podría tener muchos clientes, llegar al parque y vender mucho si cambiaba de aptitud y ropas. Pero me detuvo una declaración inesperada de Ella. Su marido la amaba mucho y con un poco de dinero que le había enviado su madre él le había comprado una blusa. Se sentía culpable porque Ella había llegado un poco tarde a casa una noche. Dijo que le había dicho la verdad a su marido y que había llegado tarde pues como había pensado hacer un curso para terminar su bachillerato, al salir le había tocado hacer el aseo del salón. Ignoro si su marido le creyó… Pero lo que me cuestionó de esto fue la escena de celos de un marido que sabe que su mujer trabaja en la vida.
lunes, 14 de mayo de 2012
LAS EMPUSAS
(De Come Fuego)
Camilo siempre
recordaba las palabras que el hermano menor de su madre le decía sentados ambos
en la banca del parque cualquier atardecer cuando salían de la edificación en
construcción: no recordaba el cansancio de la jornada de trabajo, ni las gotas
de pintura que quedaban en su cara, sus brazos, ni la muchacha solitaria que él
vio bailar en una azotea un día antes de partir para el exterior : pensaba
siempre en esas palabras, que ya de adulto se convertirían en una obsesión.
Luego en las obsesiones de las lecturas de su mejor amigo: el tiempo. Hoy
estamos aquí, lejos de nuestra ciudad-le decía su tío- pero es como si nunca
hubiéramos estado aquí pues tú verás esto como un soplo de viento en tu
adultez. Mira mejor que nalgas las de aquella muchacha. Su tío era un hombre
inmediatista y pícaro que llevaba a su sobrino a jugar billar los sábados. Cómo
extraño comer la carne de mi tierra-le decía ingenuamente Camilo--pero este se
encontraba lejos pensando en su familia. Si, pensaba que el tiempo le había
pasado como un soplo: tú tienes una bella vida le decían -mucho después supo
que lo decían viendo que él no trabajaba ni estudiaba- Quizá no sabía que se
había convertido en un Niní.(Pero no le hacía mal a nadie). Recién terminada la
escuela elemental cuyo único Maestro era Marxista su madre lo puso de aprendiz
de mecánico, luego de carpintero, luego de ensamblador de autobuses, luego de
ayudante en distintas fábricas y locales ¿Nunca tuvo una novia en su
adolescencia? Le llegó como un rayo su imagen en el cuartel: un capitán lo
había sorprendido masturbándose. En una noche de guardia él sorprendió a un
recluta tratando de violar a un compañero de pelotón: el conscripto se había
evadido del cuartel, había regresado borracho, Camilo hizo un tiro al aire, el
recluta huyó. Le preguntaba a su corazón por su extraña palpitación, por sus
sueños tan laberinticos. Cuantos años de reflexión para establecer un sentido
para sus sueños. Su mejor amigo le preguntaba por sus sueños apocalípticos:
mejor le explicaba algo similar a las escenas del vampirismo en la mitología
griega: las hordas de Hécate, las Empusas le parecían los graznidos de unos
cuervos que escuchó una madrugada. Las Empusas en luna llena seducían a los
ingenuos, apareciéndoseles como mujeres hermosas, luego asumían su verdadera
forma para atacarlos. Camilo le narró a su amigo las consignas vampíricas del
Cabo de su Pelotón cuando se entrenaban. Si -decía-, mi país siempre ha tenido
un conflicto civil y esas consignas vampíricas obviamente iban dirigidas a los
enemigos. Su amigo le narró en cambio que para las culturas primitivas de la
humanidad el canibalismo, el vampirismo en contra del enemigo le daba al
vencedor su fuerza por eso practicaban esas formas rituales. Pero a finales del
siglo XX esas consignas eran barbarás y perjudiciales para la salud psicológica
de los flacos reclutas: comer y beber la sangre del enemigo, así sea en sentido
figurado era una barbaridad. Mucho tiempo después, Camilo reflexionaba el
sentido de sus sueños. Creía haber identificado esa cara barbará que lo
acechaba: su amigo le decía que si le hacía caso a las teorías de Jung se
equivocaría (los sueños no son espejos de uno mismo), mejor que estudiara los
propios conflictos ideológicos de su vida. Ese era un buen camino para tratar
de entenderse él mismo. No sabía por qué el sueño de aquella noche le recordó
la película: “Blade caza vampiros” que ya dentro de una cápsula lo convertía en
cazador quizá de sí mismo.Pero algo falla y hasta su caballo pagó las
consecuencias ¿Quién era ese caballo que mostraba el miedo de un ser humano?
Era un miedo por el ser humano. En ese estudio concienzudo de si mismo dejaba
que las “asociaciones de ideas” corrieran por su mente libremente. Se imaginó
que en su caótica personalidad se escondía el signo de un caballo ¿él era uno
de los miles más, presos de la fuerza de sus contradicciones? No, era uno de
los miles presos del tiempo, que lo chupaba como un pequeño agujero negro y que
en su cosmos escondía el universo de sí mismo. Una Empusa lo había chupado y ahora
no era menos que un zombi, un Niní que empezaba a ser viejo. Aunque se
equivocaba, su desesperación del tiempo era la cara de una empusa: su verdadero
conflicto consistía en ser dos hombres en uno solo -lo que lo había anulado-el
eminentemente Marxista se había enrolado en las filas que atacaban a estos pero
que eran radicales; él había sido un niño.
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sábado, 21 de enero de 2012
LITERATURA Y POLITICA
La compleja realidad de los países en el mundo actual
ignora conscientemente por una especie de “presentismo”, que la literatura es un vehículo
primordial en el entendimiento de los pueblos y de su propia realidad socio política.
Viendo así las cosas, no se puede entender a una expresión –llamase culta- que
despliegue cualquier ortodoxia o mandamiento: es el caso de las teorías
literarias que se despliegan hoy las universidades difundiendo “las recetas”como dogma de la narrativa e incluso de
la poesía, o sea que un escritor se
ajusta a una receta que logró confeccionar según su experiencia y desde ahí produce
su novela o su cuento, o lo que es peor aún: su poema, y esto lleva
directamente a considerar la literatura una plataforma para escalar espontáneamente
al éxito social y económico. Esta manera de escribir conduce directamente a
acatar implícitamente el autoritarismo como una norma social y ni siquiera el
ejemplo de Julio Cortázar servirá para disuadir a los que pretenden escribir literatura de compromiso.
Desafortunamente, las universidades están produciendo escritores con los oídos
atentos al mercado, al “bestseller” y a la literatura como una profesión que produce obras de
consumo masivo y de carácter sensacionalista. Pero si son profesores, salen con
un concepto bibliográfico de la literatura que da como resultado que sus
alumnos de bachillerato jamás en su vida vuelvan a leer un libro y por eso se
crean los sistemas nacionales de lectura que sólo apoyaran a la gran industria
editorial. Se ha olvidado completamente el “Deslinde”, esencial obra de Alfonso reyes
(1889-1959) en materia de teoría y
ciencia literaria. Por ejemplo, la obra
narrativa de Rafael Humberto Moreno Duran (1945-2005)está por estudiarse:
expresa una riquísima realidad que despliega
el modo de vida de una determinada clase social . No se trata de hacer una
literatura de facciones. La crisis de la
literatura de lengua española ha padecido de ortodoxia y se ha refugiado en
unos persistentes nacionalismos; se trata más bien de retomar el camino que trazó Eduardo Mallea en la exploración de
una realidad proscrita por la literatura de una tradición española clerical.
También se suma a esta crisis, el anacronismo con que es practicada en los usos
de los géneros literarios y su confusión con los acentos literarios. La
literatura es de las artes, la más libre por excelencia y en eso es de
reflexionar el texto de Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) “ El descontento y la promesa”.
viernes, 18 de noviembre de 2011
La lectura del Pájaro
La lectura del pájaro canoro, título que obedece a lo
que el Ortodoxo Español Juan Valera (1824-1905) le reprochó a los
latinoamericanos que renovaban no solo la literatura de habla hispana, sino
consecuentemente le abrían la puerta a España y a estos rezagados países a la
modernidad y que se conocían como “modernistas”. El señor Valera tildó a los “Modernistas de “Pájaros
Canoros” tratando de caricaturizar con el canto de esas aves del trópico al
movimiento que le daba un golpe una vez más a la tendencia ortodoxa y dogmática
de nuestros países (incluyendo España). Parece que el señor Valera veía
insignificantes a los arrendajos, los turpiales y las golondrinas, parece que
reflejaba en sus cantos la hiel de su sustancia dogmática clerical, pero Valera
no era España y el genial Rubén Darío (1867-1916) estaba nada más ni nada menos
que uniendo culturalmente a España y Latinoamérica. Pero me desvié del tema de
este articulo que es el de la lectura. La tesis ya la había delineado en un
texto sobre la lectura del 2008 que
publiqué una vez más en mi pagina de “scribd” bajo el titulo :”El Bolero de la
vida”. Nuestros países latinoamericanos siguen su movimiento cíclico en la
rueda de la ortodoxia y el dogmatismo
¿La lectura?
Existen básicamente dos categorías en la lectura: la
del lector profesional y la del lector investigativo: queda entre bambalinas el
lector común, el que lee de vez en cuando y compra libros influenciado por la
publicidad, un tema de moda o gustos
personales. Indiscutiblemente aquí me
refiero a la lectura de textos, no esa otra lectura que proclama la anacrónica
moda de la semiótica. Podría asegurar
que el gran lector que fue el Argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) pertenece
a la categoría del lector profesional y el también Argentino José Luis Romero
(1909-1977), uno de los hombres más inteligentes de nuestro continente en lo
corrido del siglo XX es un lector investigativo. Aquí como en Borges reniego de
las especialidades y derivo ambas lecturas de una formación académica. En este
ámbito el autodidactismo es más bien la regla debido a la carencia de una
universidad de corte investigativo que es la que mantiene en un perenne atraso
a la sociedad desde todos los puntos de vista. Masivamente no existen lectores
profesionales y lectores que demuestren una seriedad investigativa como
resultado de una “alma mater” tampoco. No necesariamente la masificación de
escritores quiere decir que haya una masificación de lectores profesionales; al
contrario, tal aparición de escritores, significa mejor un atraso. De los lectores
comunes, la mayoría no son fruto o resultado de una “puja” académica”, como
diría Borges, la lectura obligatoria de las academias crea es una “contra
lectura”. La industria editorial vende es con relación al mercadeo. No existe una
complementariedad de lectura y academia. Analizar las causas de estos fenómenos
es no menos interesante. El lector más escaso que existe, es el que mencionó
Rafael Gutiérrez Girardot (1928-2005)
con respecto a la lectura de Hegel : “ponerse en el ámbito de su fuerza” y esto
quiere decir saber tanto como él y estar cuestionando sus comprobaciones. José Luis
Romero es un lector como el que menciona Gutiérrez Girardot. Un lector
común leería a Romero para entender: por
ejemplo, yo estoy entendiendo a través de la lectura de su historia de la
sociedad occidental el mundo actual; yo me estoy guiando por su autoridad. Borges
recomendaba la lectura hedonista, y el lector de Borges que paradójicamente
debería ser un polígrafo, es también un sinnúmero de lectores comunes. El
lector común, pienso, es bueno cuando entra en los artificios del autor como
este que menciona Borges para evitar una posible “ incredulidad del lector” y
acaso el abandono del libro: “No importa que el autor conozca el asunto del que
habla; importa que haga creer que lo conoce. Cuando el lector sospecha que el
autor no conoce el tema, que el novelista no ha imaginado bien las cosas, la
suspensión de la incredulidad concluye”. (1960). Este no es el caso de José
Luis Romero. Pero para no llamarnos a engaño el lector investigativo debe
producirlo una universidad como las que ya no existen en Latinoamérica y
mayormente nunca han existido; jamás una universidad privada en este ámbito
producirá un lector tal como José Luis Romero, pues Borges era autodidacta y Gutiérrez
Girardot completó su educación en Alemania criticando severamente la academia
de su país. Es tanta la crisis de esto, como ya lo he repetido varias veces, que
los lectores se dan espontáneamente, cuando idealmente no debería ser así: la
educación institucional es la que debe producir los lectores. Yo no me resigno
a un mediocre destino de lector común, producto del autodidactismo (factor de
retraso en una sociedad) que ha dejado
miles de poetas menores y nuevas leyes burocráticas de lectura. Al menos diría
como Borges, ser lector es una tarea más civil que la del escritor y complemento con esa célebre frase Borgiana “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí
me enorgullecen las que he leído”. Eso indica que aspiro al menos a ser un
lector profesional porque producto de la monstruosidad anti cultural del
sistema ya es imposible ponerme en el ámbito de la fuerza que exige el lector
de Hegel y José Luis Romero entre otros. El desprecio por la
lectura va de la mano con el estancamiento de la academia, con su persistente
utilitarismo que deshace en mil pedazos el ocio hedonista por la lectura; si un
individuo se gasta una hora sentado frente una vulgar telenovela que hace que
no tenga media hora así sea semanalmente para leer un buen libro: este
imposible lector ha heredado la impaciencia de las elites que han gobernado
estos países.
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