sábado, 17 de septiembre de 2011

El Escritor Noctámbulo

Estimados operarios

La madrugada y el fin de diciembre me rasgaban suavemente el corazón. Estaba sobrio, expectante. Observaba al chico que tenía un hambre terrible y la manifestaba. El hotel se veía desde la distancia como un restaurante chino en un sector popular ¡Comer era la cuestión! El hambre del chico me conmovió mucho. Salí a la calle a observar: una mujer semidesnuda se ocultó tras un poste de alumbrado y luego entró en la antepuerta de uno de esos hospedajes de mala muerte, después un tipo mal encarado se lanzó a la boca del poste donde había entrado la mujer. Muchos indigentes aparecieron de la nada por esa misma calle que alcanzaba a tener un poco de la luz que irradiaba de una avenida principal metros arriba: se disponían a buscar ansiosos en los andenes no sé qué cosas. De una -Me dice Carlos- camina y busca unos ayacos. Una caña de un retardado volador, caía inofensivamente sobre un tejado. En la desierta manzana de la plaza de mercados, revoloteaban algunos buitres. El Padre del chico, viejo en su oficio de portero, observaba quizá con una tranquilidad estudiada, el hambre del hijo. Me desesperé un poco: no tengo la culpa de ser cobarde, la literatura es basura, hace a los hombres cobardes y provincianos; lo único que tengo que hacer es cruzar la calle frente a la plaza de mercado, pasar por la vereda donde están los indigentes e ir a buscar el bollo. Hay un montículo de basura por allí, he visto que salen ratones y vuelan como colibríes. Un ratón blanco se posó sobre un mugriento poste, reclamándome el diente del niño: no ha mudado de dientes -le dije- En la esquina, en una caseta, unas personas bebían cerveza. El aturdimiento de la pólvora se había aturdido y daba paso a un pequeño cielo despejado. Tomo cerveza, brindo por la vida y por el primero de enero que me descubre aun en la mierda. El ratón se posó sobre mi hombro, tarareo una canción conocida para darme valor y la señora me dice -Cuídate hijo- Después , salí con los bollos. A la mujer del poste, aun el hombre la tenía crucificada en un pasional abrazo erótico, mientras al otro lado el cuchillo de un indigente resplandecía por el día.

12-2000

EL MACHO

Le habían dado la dirección de una nueva sala, entrando vio las chicas sentadas juntas en un largo mueble, una de las chicas le habló al oído a la Matrona. Lo hicieron sentar frente a ellas y le ofrecieron una cerveza, comenzó a beber a sorbos cortos y a mirarlas detenidamente, sin prisa, con sus ojos rasgados y su sonrisa apagada. No le parecía que esas muchachas estuvieran para ponerse un uniforme colegial como su amigo le había dicho. Mas sin embrago algo lo detuvo y le habló al oído a la Matrona; le señaló con cual chica quería estar, mientras pensaba que ella la elegida le parecía conocida. Ensayó poner la mano en el muslo despejado al cruzar las piernas. Ella se sintió un poco avergonzada, pero sin razón pensó él pues ese era su oficio y ahora que lo pensaba no se sabía si estaba acostumbrada, pues supuestamente esas jóvenes estarían estrenándose en esos menesteres. Se consoló pensando que así se sentiría la primera vez que un cliente le ayudó a quitarse el brasier. De todas maneras eso era voluntario del cliente. El macho se estremeció ante la piel de leche que tenía ante sí. Acostado boca abajo en la camilla, recordó la de ojos verdes, que por su ingenuidad lo hizo temblar mientras untaba la crema en sus espaldas. Vio a la chica concentrada en los movimientos de las manos por sus garrudos brazos. En los lisos muros unos amantes abstractos se retorcían. Se estremeció al pensar que antes de llegar a la sala, por la calle se encontró con una de sus alumnas del colegio que lo saludó efusivamente, que tal que lo vieran en estas-pensó- arruinaría su vida. Era conocido como un reparador electrónico en todas las salas de masajes que habían en la ciudad y lo conocían con el apodo del macho, pues cierta vez había gritado que él no tenía ni un pelo del otro equipo, hasta le daban crédito y a veces daba pagares falsos. Su afán de asedio en las salas era conseguir siempre la más joven recién llegada. Salió bruscamente de sus pensamientos y un estremecimiento recorrió su cuerpo cuando la chica le dice “profesor”, sin quererlo tuvo una gran erección. Ella Le dice que tranquilo y le muestra un vibrador que tenía guardado. El profesor queda paralizado. Ella intuía su suave consentimiento al resbalarle el vibrador sobre sus espaldas. el sentimiento de su machismo se apoderó de su alma al sentir la mazorca deslizándose hasta sus viriles glúteos. La chica quería que los hombres supieran como era ser penetrada. Ella misma quería ser un hombre. El macho sintió cierto estremecimiento.

11-03-1996


El Escritor Noctámbulo

Cuando Lorenzo supo que Octavo Paz había ganado el premio Nobel merced a su genialidad burocrática, decidió decididamente anular todo vestigio de burocracia de su vida de escritor: nada de vender libros y menos de promocionar su propia literatura ¡Qué es eso¡ valga la burla. Que un escritor tenga que seducir a la gente para que lo lean, el que debe seducir es el texto mismo –reflexionaba perentoriamente- así que abandonó sus escritos al maravilloso escenario del publico invisible, del tiempo avaro y dejaría que la fama ( que se volvió una vieja hippie según él ) hiciera lo que se le diera la gana; sus provincianos amigos escritores que pensaban también que la literatura era “presencia” podían seguir engañándose. De todas maneras Octavio Paz era un mediocre que había sido famoso, con el olvido rondándolo como polillas y se confesó a si mismo lo que en conciencia era cierto: él sería un mediocre oscuro, pero al diablo, tendría a los grandes genios de letras a su alcance: leería un treinta y uno de diciembre a media noche el más famoso poema de Goethe, leería en sus amaneceres más trasnochados a la Eneida, a Baudelaire y a Vallejo. En conclusión, para un escritor como él que había lanzado al caño la burocracia, el mercantilismo del libro, la literatura de mercado y la irracionalidad de las musas, nada mejor que internet, que me lean todos los que quieran. Así pasaban los años y publicaba su artículos, relatos y poemas sin sondeos de visitas a sus páginas y a otras páginas que manipulaban lo sondeos de visitas y atraían lectores mediante la práctica de la ciencia de la publicidad. Me importa un rábano -decía- De ahora en adelante -y no se confesaba que era una especie de retaliación- escribiré para causarle una honda impresión al lector -si es que existe un lector- así nunca sepan quién soy, ni quien seré “yo” . No quería romper con el “yo” pese a todo y pasar a las filas de los liberados del ego que solo querían o vislumbraban la trinidad griega: la belleza, la ciencia y la virtud”. Si, sus textos tenían un nombre de autor. Una mañana que se despertó a mirar su página, observó que uno de sus relatos publicados un tiempo atrás, tenía un comentario: del otro lado del océano alguien lo había leído y ponía un buen comentario de un relato: original y me gusta este relato, decía el comentario. Así pasó casi un año reflexionando ese comentario y llegó a la conclusión que es mejor un comentario sincero que mil visitadores hipócritas. El tiro que le pegaría al lector que cayera en la trampa de sus textos, sería el de manipular su conciencia, el de hacerlo cuestionar sin que se diera cuenta, el de conducirlo como a un caballo al potrero de sus especulaciones y sobre todo en sus artículos que los escribía para el presente. Pero había días en que lloraba como alguien que había perdido un hijo, tanto tiempo perdido, recordaba las palabras de su abuela que decía siempre, no a él a Lorenzo, sino al aire para que todos lo escucharan, pero en el fondo sabía que esa sentencia iba dirigida a él “que el tiempo es oro y los santos lo lloran” palabras que para él sintetizaban el utilitarismo anglosajón y la moral de una época que persistía en mantenerse a través del tiempo y que cuando su abuela las decía a él no le decían absolutamente nada, pero mucho tiempo después comprendió lo que le decía su madre y se dijo que era tarde, estaba poseído por el demonio de la literatura y así algún santo tendría motivo para llorarle. Vomitaba esos pensamientos y recordaba que no había leído a Proust, que no buscaría por ningún motivo ningún tiempo perdido, mientras imaginaba a los escritores que la “gloria” les había regalado alegría, pero a pesar de todo él estaba contento, él era seductor, o mejor, sus textos eran seductores, amen y seguiría pensando que el terrible utilitarismo anglosajón posesionado en el mundo era lo más unilateral del mundo.


El Hijo de Ruth

Ricardo era el tipo de hombre que nunca había convivido con una mujer y que quizá nunca conviviría con una mujer. Ante sus dos amigos exponía reflexiones lucidas y mostraba su agrado por las mujeres jóvenes, como queriendo entrar en la conciencia de uno de sus amigos por sus gustos por las mujeres maduras. Sus ojos eran rasgados, como los de un oriental, sino resultado de una cirugía que había rellenado su cara para hacerlo ver más jovial, lo que le había producido que las secuelas de su acné de adolescente se notaran más, como si hubiera sido intervenido después de una quemadura . Su amigo le parecía que esa descripción exageraba, pero si se podía ver como un Maicol Jackson, a no ser por sus complejos debido también a su estatura. Sus dos amigos lo seguían fielmente en sus andanzas reflexivas, sino fuera también porque uno de ellos cayó en cuenta que sus disimuladas críticas hàcia lo que él hacia, lo estaban cohibiendo más de la cuenta. No moleste tanto, le decía a su otro amigo, me tiene ya traumatizado y sobre todo en cuestión de mujeres. Si se decía que era atractivo en comparación a Ricardo, porque no podía tener una chica hermosa. Al tercer amigo le parecía que este no era comportamiento de tipos de 34 años, pero los toleraba porque sus amigos les representaba un status que él no tenía, a pesar de que se consideraba más inteligente que los dos, pero a pesar de que la madre de Ricardo lo consideraba a él un borracho y mala influencia para Ricardo, a pesar de eso lo invitaban a compartir la Cena en la casa de ellos, cosa que él por falta de carácter se negaba a rechazar y lo que le valió en una ocasión que una novia que tenia lo sacara de la casa por no cumplirle una cita. Pero ninguno de los dos se atrevía a criticar a Ricardo frente a él Los dos amigos hablaban de él a sus espaldas y al otro día ya estaban reunidos.

02-01-2011


El Roto del Humo
Era la una de la mañana, pasaron por el bar Los Perros y estaba también lleno de prostitutas bailando cumbias vallenatos. Prostitutas de bajo precio pero la mayoría de ellas muy jóvenes. La pequeña minifalda que usaban y el contoneo ordinario de las caderas los hacían ver desde fuera en un frenético movimiento de los genitales. Pasaron por el Bar Carrusel donde también estaba lleno. Las prostitutas que allí habían eran más cotizadas. En ese bar no entraban sino tipos que tenían bastantes billetes. Pero ni por que así fuera, ese era un barrio que era un hervidero de delincuentes, gentes de mala vida e informales, era un zona roja, una zona de tolerancia de mala muerte . Era casi medio barrio lleno de Bares, casas de lenocinio y fumaderos de drogas. Lorenzo, le decía el amigo –Usted fue muy grosero en su primera comunión, no dejaba de maldecir- Pasaron por el bar Casa de las Muñecas y a Lorenzo le llamó mucho la atención una muchacha que estaba sentada y dejaba ver sus piernas color canela hasta sus genitales. Rodrigo-dijo- es muy bonita esa mujer que está allá sentada sola. Bueno que le vamos a hacer, no tenemos billetes. A pesar de todo, Lorenzo era muy tímido y no se atrevía a entrar al Bar para hablarle si quiera. No seamos hijueputas nos jodimos. Rodrigo quería fumar marihuana. Lorenzo había perdido su año escolar y estaba asustado ante el autoritarismo de su madre. Si marica, usted tranquilo porque no estudia. Entonces vamos a buscar marihuana, dijo Rodrigo. Pasaron por el bar El Roto del Humo, Lorenzo no sabía por qué había recordado la pregunta con la que perdió su año escolar: ¿Quién entraba por Richard Nixon, a la Presidencia? Pero si yo no soy gringo , a duras penas me gusta ver bailar a Travolta, se decía. Además no fumo marihuana y éste marica quiere empezar a fumar marihuana. Se acercaron al Roto del Humo y Lorenzo quedó maravillado, estaba lleno a reventar y todos estaban bailando una versión Vallenato de la canción Alicia la Flaca en un frenetismo de movimiento de caderas ; se acercaron un poco más, era un bar de prostitutas homosexuales. En la claridad que les daba las luces giratorias en la pista de baile, pudo observar las caras de éxtasis de los homosexuales. Vamos a buscar Marihuana, dijo. Rodrigo se internó entre unas casuchas miserables a las que se llegaba descendiendo por unas escaleras. Yo lo espero aquí, en una esquina despejada por la neblina del amanecer. Pasaron unos minutos, cuando vio a Rodrigo apretándose con una mano el ombligo. Primo, le dijo con cariño, me metieron la punta de un cuchillo en el ombligo. Rodrigo era un jovenzuelo que vivía hacia poco tiempo en la calle, su familia vivía en la indigencia. Lorenzo comenzó a pensar en su primera comunión, si, se veía elegante en la iglesia, había blasfemado varias veces por que accedía fácilmente a la cólera frente a su familia; su abuela que lo llevaba de la mano, lo sintió inquieto y lo aferro mas fuerte cuando el cura paso dando bendiciones
23-12-2010

martes, 13 de septiembre de 2011

El Monte Sacro de Roma...Eljuramento perdido

El juramento perdido


Bajo los auspicios de una luna pálida de otoño, me veía caminando de un lado a otro el «ponte nomentano» en Roma. Los silenciosos murmullos del río Annio me regalaban la romántica escena de un joven Bolivar sentado junto a su Tutor Simón Rodriguez, observando las verdes colinas vecinas, y a punto de «jurar» la lucha por la independencia. Pero no, ya el tiempo se había llevado al Río Annio, y las Colinas eran relampagueantes faros del urbanismo moderno. Pero si, estaba auspiciado de la curiosidad de muchos obreros de Marruecos que acababan de salir de una fábrica aledaña y que miraban mi desorientación como si fuera a suicidarme lanzándome del «ponte» que casi rozaba la tierra.
El parque enmontado donde estaba una rutinaria estatua de Bolivar a pocas cuadras del urbanizado Monte Sacro, me dejaba más asombrado. Ni una sola mención al juramento de Bolivar; seguí caminado y sentía el avance del siglo XXI, pesado en mi espalda. Ya bien entrada la noche,  después de haber caminado una hora, me encuentro con «el Obelisco» que el gobierno de Venezuela había inaugurado hacia pocos meses, y que también borraba desapercibidamente la placa donde constaba que Bolivar había jurado.

Una inesperada tempestad borró a Roma en un par de segundos, me pareció que Júpiter comandaba la furia desatada de la plebe contra el Emperador. Gladiadores y esclavos se dirigirían al Monte Sacro donde tomarían el Puente Nomentano; empapado y ahora seguido por una patrulla de la «polizia d´stato» pensaba en indagar la primera pista que tenía: un manuscrito de Simón Rodriguez que según entendidos estaba en una sala de la hermosa Biblioteca fundada en el inicio de la era científica en 1700, y que se ubicaba en la «vía di Sant´ignazio»

****
Jamás imaginó que estaría en Roma y ahora que se encontraba allí, su mente se blanqueó: trató de calmarse; después de algunas horas recordó la “piedad”. Eso es, lo primera que haría sería contemplar la “piedad” hasta la saciedad. La verdad Miguel Ángel le era más o menos indiferente y más si siempre se había considerado agnóstico. Pero pensó rápidamente que cometería con ello una injusticia histórica : además no era “jacobino”, la “piedad” es una escultura del patrimonio cultural y religioso de occidente, Latinoamérica la ha heredado y los abuelos no quieren que eso cambie. Hay que tener piedad-se dijo- entonces contemplará la “piedad” como primera cosa que haga. Pero miércoles -se dijo- verdad que es casado y lo que cuenta es lo que diga su mujer, al girar en una esquina para ir hacia el hotel quedó petrificado, él, que era un liberal hobbesiano no había recordado al “monte sacro” allí se juró la primera insurrección contra los patricios Romanos y con ese recuerdo Bolívar hizo su juramento allí al lado de su genial y generoso maestro. Una lágrima resbaló por sus mejillas: seis meses en Córcega y no escuchó jamás a nadie mencionar “el monte sacro”. Los Italianos jamás hablaban del “monte sacro” histórico, al menos él nunca escuchó hablar del monte sacro: el monte sacro se había borrado de la mente de todos y ahora al parecer era un barrio de Roma. Tendría que investigar urgentemente, al miércoles todo, investigaría el sitio exacto del monte sacro.

10-10-010
(2)
El 30 de diciembre del 2010, Lorenzo estaba a punto de abordar un Tren directo a Roma junto con su mujer pero un malestar de última hora los obligó a quedarse en Bolonia. Lorenzo no estaba en Roma, como había dicho, su mentira se debió a una estrategia de escritor y esta era la fecha y la virosis de la temporada invernal que habían adquirido no se les despejaba. A pesar de eso su obsesión por ubicar el sitio exacto del Monte Sacro se trasladó a los mapas satelitales y a viejos foros en internet, su mujer en cambio anhelaba ver partir el año en el vaticano bajo el saludable saludo del Papa. Lorenzo no podía entender porque las noticias sobre los hechos ocurridos en el Monte Sacro por lo menos cuatro siglos antes de Cristo eran tan casuales y escasas. El cosmopolita pueblo de la época quería una apertura democrática que los Romanos les negaban y allí los plebeyos en memoria de esto hicieron una cripta dedicada a Júpiter Terrible, Dios supremo de los Romanos y que había llevado a la tierra en manos de Pandora la Caja “terrible”. ¿Pero sabrían los Plebeyos que la esperanza rondaba aún el fondo de la caja? Lorenzo recordó que había leído en alguna parte que por un tiempo la humanidad estuvo sola, poblada de Dioses con debilidades humanas. Se imaginaba a Júpiter transformado en cisne para seducir a Leda. Simón con su tocayo y maestro, siglos después se encontró cara a cara con Licinio, el líder de los Plebeyos o se encontró cara a cara con la “esperanza” que aun vagaba entre los siglos por el monte Aventino. Lorenzo no entendía porque los Italianos modernos no le dieron absolutamente ninguna importancia a estos eventos, se había lavado de la mentalidad de Roma la primera protesta democrática del occidente naciente y luego el tenaz juramento de Bolívar no se habría ni mencionado en las crónicas de historia italiana. No había ni señas en el ciberespacio de la inscripción a Júpiter que había dejado Licinio en el Aventino, en memoria de ese acontecimiento, o ahora en el puente antiguo que había quedado tras siglos de abandono. La única señal clara que denotaba el sitio del Monte sacro era el puente Nomentano en la confluencia de los canalizados arroyos (otrora ríos) Alniene y Ullmano. Pero lo que le preocupaba más a Lorenzo era la despreocupada interpretación que hacían actualmente de la figura y obra de Simón Bolívar. Despreocupada interpretación que tuvo sus inicios según entiende del mismísimo Marx que ocupado en ese momento de Napoleón tildó a Bolívar de Napoleónico, acusación que pesa aun sobre sus humanos hombros, humanos porqué las cartillas oficiales también momificaron a Bolívar en las tendencias románticas y neoclásicas del héroe inaccesible. ¿Sabía Karl Marx de las ideas de Bolívar? Sabia Marx sin duda de las ideas de Napoleón sin gustarle el epíteto de “cesarismo” que le sumaban a Napoleón . La paradójica situación de Simón estuvo en que su “ideal” se llenó de sustancias ideológicas que él mismo no profesó , hasta convertirlo en alguien que mucha gente no quiere tanto en derechas como en izquierdas. El Bolívar que amaba Leonardo, era el Bolívar que había poblado el libro de Gabo: “El General en su Laberinto” era el Bolívar Humano y Demócrata, que aceptaba humildemente su destino: la incomprensión y el abandono. Marx en ese tiempo no entendió a Latinoamérica y la visión de “Unión” de Bolívar, además Europa estaba en completa posesión de sus ideas de nacionalismo. A Europa que le importaba que Simón hubiera estado en el Monte Sacro recordando a Licinio, invocando la “esperanza” . Nadie más ajeno a las ideas de “nacionalismo” que Bolívar. El Bolívar que luchó por la libertad y la unión continental, era contrario a las dictaduras y evidentemente a los nacionalismos. En el amanecer del 31 de diciembre, Leonardo se levantó de la cama: su mujer aun dormía y tocó su frente caliente por la fiebre: le dio de beber agua y después entro al mapa satelital: creyó ver en el Barrio Monte Sacro un monumento curioso, se detuvo en el nombre y creyó leer “parque de la libertad” . Creía estar delirando por su escalofrió y su tos, no deliraba, estaba ahí, un monumento dedicado a bolívar; según leyó , el presidente venezolano lo había mandado a hacer a un coterráneo suyo y en una ceremonia donde estuvieron los italianos inauguró el monumento sin representantes de ningún otro país bolivariano, creyó leer Leonardo

(3)
La verdad era otra, Leonardo Camilo cuando estuvo en Roma por primera vez, estuvo con su mujer en uno de esos recorridos por los sitios más visitados por los turistas en un bus de dos pisos (Por su puesto, la pareja iba en el Segundo piso destechado) y Camilo vio “La piedad” en la capilla Sixtina, detenidamente hasta el punto que su mujer lo pellizcó pues llevaba más de una hora viéndola, y hasta tenia nerviosos a los celosos vigilantes. Había cosechado la idea de ubicar el Monte Sacro pero su timidez se lo impedía y el escaso presupuesto que tenían para quedarse en Roma ( Su mujer había llegado hacia unos años a Italia como inmigrante). La segunda vez plantearon ir a Roma en una visita relámpago debido a que regresarían pronto a su país de origen, Camilo ya tenía la idea clara de ubicar el Monte sacro y además también podía imponérsele un poco más a su mujer. A finales de diciembre del 2010 intentaron ir, como se mencionó, pero Camilo logró su objetivo unos meses después, lo que ubicó a la pareja en la intención de visitar el monte sacro antes que nada. Tal como lo había visto en internet, el Viejo puente Nomentano, al parecer sitio exacto del monte sacro, pero poco tiempo después inspeccionando un poco el antiguo puente (tenían poco tiempo) no vio por ninguna parte el testimonio del juramento de Bolívar ( ni siquiera una pequeña placa conmemorativa) y según resulta, el hermoso monumento que construyó a esto el gobierno venezolano, estaría ubicado lejos de allí acaso con la intención de hacerlo más turístico y dejarlo como el sitio exacto del juramento de Bolívar: sitio inaugurado con toda pompa y a los que asistieron verdaderamente como invitados de piedra, los embajadores de los países bolivarianos ( ¿una mano de mayúsculos diplomáticos?) y quizá sitio que convendría por tener acceso a más despistados turistas, porque a decir verdad, el “nomentano” no lo visitaba nadie, a no ser algunos informados en su historia, pero también cabe denunciar, que en los intensos paseos de la pareja por los sitios más concurridos de Roma y donde el cumulo de gentes de todo el mundo era inimaginable, tampoco, desgraciadamente, se comentaba ni mas remotamente el sitio donde se ubicaba el monumento a Bolívar. El bello parque, cercano al Nomentano estaba en un descuido total y uno que otro anciano se acomodaba en sus perdidos escaños. A Camilo no le quedó tiempo de ubicar el monumento ( su mujer se impuso una vez más con un argumento irrefutable) pues la romería de turistas que se movilizaban como hormigas recorrerían los sitios ya consabidos. Ni siquiera un humilde turista había visto Camilo pasearse por el Viejo Puente Nomentano, y solo un puñado de operarios inmigrantes en un inmenso garaje observaban curiosos a la pareja inspeccionar el Puente: luego llegó lo que parecía ser un fotógrafo profesional a encuadrar el Puente en su cámara. La decepción de Camilo no era tanta como su duda ¿donde estaría la inscripción a Júpiter Terrible y el sitio exacto del Juramento? A ningún turista le importaba y quizá el barrido cultural de la mentalidad de las gentes de Sudamérica e Italianas les impedía apreciar esto, pues cierta vez en la ciudad donde Camilo había trabajado en el norte de Italia (Bolonia) entabló conversación con un paisano bolivariano que había trabajado mucho tiempo en Roma y le disparó con un gesto de desprecio esta afirmación: “pero que tiene el Puente, si es uno más entre un Viejo Puente mas, el monte sacro es un barrio entre un barrio más de Roma” ( este paisano solo pensaba en crear une empresa mística, como en Sudamérica y Centroamérica en el que había prosperado tanto el protestantismo como una prospera industria que hacía nuevos ricos a montón, y como en Colombia que esta empresa ya intervenía en la politiquería y quitaba y ponía congresistas. Como decían algunos ilusos italianos , pobre Italia con tantos emigrantes, sintonizando el postulado del partido xenófobo y racista de la liga Nord. Camilo decía, pobres italianos cayendo cada día más en la ignorancia y en incomprensión. La “reforma” en Europa costo muchas guerras. A finales del siglo XX, América Latina efectuaba por decreto una curiosa “reforma”, como había efectuado por decreto su entrada a la democracia. Pero esta reforma tardía, la ubicaba siempre en platos de segunda mesa.

13-09-2011

viernes, 9 de septiembre de 2011

Come Fuego

Camilo caminaba por esas calles sin asfaltar del barrio nuevo. Al cruzar la esquina se encontró con la muchacha que había visto muchas veces, que le era hermosa, más que tímida, prevenida. Algo lo detenía a decirle al menos que era bonita, a decirle al menos un piropo, algo lo hacía hacer indiferente, no pensaba que fueran por sus quince años o porque también fuera tímido. El había llegado hacia unas horas a esa ciudad grande que la cruzaban autopistas inmensas, había llegado después de 20 horas de viaje en autobús pero le parecía que se hubiera bajado a la vuelta de su casa, también algo lo hacía ser indiferente en el pensamiento de que ese no fuera su país, ni siquiera cuando un día cualquiera llegando al barrio, la policía lo bajó del autobús y lo condujo a la comisaria por indocumentado, su tía horas después lo rescató. La muchacha pasó un poco cabizbaja pero sin dejar de mirarlo de reojo , pasó y después no supo lo que hizo el tiempo con ella, días después hablando como si estuviera aprendiendo a hablar en otro idioma, hizo el comentario que en esa ciudad las muchachas eran pretenciosas, generalizando el caso de aquella muchacha a la que no había sido capaz de acercársele y decirle que le gustaba, se lo dijo a otro muchacho y este por toda respuesta le dijo que era “caliche”, terminó que se usaba para designar a sus connacionales, acabó peleando con él, no se le olvidaba que había entrenado boxeo. Se pusieron los guantes y pelearon un rato bajo la algarabía de otros muchachos. Siguió caminando con rumbo a la casa de su tía, había estado en su ciudad pasando un tiempo, ahora regresaba, su tía lo esperaba, su misma tía que en sus más lejanos recuerdos la escuchaba pedir ayuda para que alguien mamara sus senos hinchados y atascados de la leche que bebía su primo recién nacido, su primo que luego murió en esa misma autopista que él había cruzado para llegar al barrio, que le arrancó el corazón sin quererlo acaso a su madre, su primo que murió en circunstancias misteriosas, encontrado a un lado de la autopista cubierto por la hierba, que se había casado hacía poco tiempo con una mujer de una etnia indígena. Jamás pensó a su tía como piensa un niño de 14 años a una mujer, como se lo insinuó ya de adulto una amante de turno que era psicóloga, le decía que su tía albergaba algún sentimiento extra familiar hacia él: era mucho decir, jamás había pensado en algo semejante; pero si espiaba a las hermanas cincuentonas del esposo de su tía mientras se duchaban, mientras tuviera la oportunidad, una de ellas ( todas eran bohemias) en un domingo de cervezas estuvo en la cama con un connacional que estaba hospedado en la casa, mucho después él comentó que la vieja tenía la vagina aguada. Camilo no imaginaba que quería decir con eso, debía probarlo él. La hermana mayor de su tío tenía dos hijos que bebían cerveza con ella reunidos con muchos de los vecinos en su rancho, carajos, era el tiempo del gobierno gigante: del gobierno King Kong de los petrodólares y hasta la cerveza era subsidiada, se bebían tres días seguidos, se fumaban los mejores cigarrillos y a Camilo jamás nadie le preguntó por qué bebía con ellos, solamente un día al salir del trabajo su tío lo amonestó diciéndole que él era ya un vicioso y terminaron bebiendo donde el negro que expendía cerveza en su rancho, escuchando las canciones rancheras de Cornelio Reyna, el esposo de su tía cantaba feliz y bebía como si jamás fuera a terminar: lo mismo Camilo.
El barrio era un barrio de invasión, aun no tenia alcantarillado ni acueducto más ya se veía la futura arquitectura de lo que había sido un gran pedazo de tierra robado a la naturaleza o a una hacienda pues por sus linderos se veían los cercados de naranjales. Seguían robándole a la naturaleza para construir grandes conglomerados marginales, seguían robando naranjas para el desayuno aunque en cada casa hecha de madera y teja se podía ver todas las comodidades de la tecnología moderna: buenos televisores, lavadoras. Camilo estaba en el país de los petrodólares, sólo pensaba en el presente, o mejor dicho, sólo pensaba a sus 14 años en comprarle a su madre y hermanos una vivienda en su ciudad. John Travolta triunfaba, triunfaban los hippies, la emocionalidad. Camilo tendría que trabajar con el esposo de su tía y vivir en ese barrio invadido en parte por gente de su país. Se disponía a pintar el enrejado de la escalera que conducía al segundo piso de la casa cuando vio enroscada la serpiente, era una bella serpiente, más intuía su peligrosidad, a partir de ahí a Camilo le quedó una laguna mental, mucho tiempo después no recordaba lo que pasó con la serpiente, creyó intuir que era una cascabel de vivos colores a la que le habían robado su casa; antes de llegar a esa urbanización vio entre una arboleda un camino que conducía al parecer a un arroyo, como le hubiera gustado seguir por esa camino para siempre. Su tío y tocayo era pintor de brocha gorda, ahora él sería pintor de brocha gorda: nunca le inquietó su tocayo, no lo veía ni como un padre ni como un tío, no lo veía ni siquiera como un guía, ya de adulto reflexionaba sobre él, era muy curioso, lo recuerda siempre ajeno a las miradas lujuriosas de los hermanos y cuñado de su tía con las mujeres que se les acercaban, incluso las más familiares. Su tocayo era un hombre que no dejaba traslucir su sexualidad, sino solo sus días de borracheras. Alguna vez pensó después que hubo conversado con su psicóloga amante, que su tío pudo sentir celos de él, de un niño adolescente que era el sobrino de su mujer, más además nunca escuchó que su tío hubiera criticado a sus cuñados por sus excesos de lujuria e incesto. Le dijo una vez borracho a Camilo: usted ya es un vicioso: bebe y fuma. Mientras tanto las canciones de Cornelio Reyna sonaban a todo volumen y su tío bebía y cantaba y hablaba sin parar. Camilo pensó que la palabra “pretenciosa” era una palabra ajena a su país, era una palabra incluso en desuso, luego miraba hasta la forma que caminaba la gente de este país, él estudiaba los pasos de la gente que pasaba, veía como caminaban y se decía que así se debía caminar en este país, pero no se sentía tan ajeno a este país. Cuando le dijo al muchacho que esa chica era pretenciosa no sabía medir esa palabra, pensaba que allí se diría así de una chica que no era coqueta, él no se pensaba del todo feo, pero no pensaba que podía ser tímido y algo se escondería detrás de su timidez. Cuando comenzó a mirarse al espejo una y otra vez, cuando descubrió que habían chicas bellas por todas partes, empezó a estudiarse en el espejo el porqué de su fealdad. Había acabado de terminar la escuela primaria y su mamá y su abuela se lo entregaron a un viejo tinterillo con familia para que lo educaran, en vez de eso, lo emplearon como mensajero y mandadero con sin salario. Esa muchacha sin duda lo había impresionado. No tenia novia, no se imaginaba que podría tenerla, pensaba a menudo en sexo, pero no pensaba en cómo obtenerlo, así podía masturbarse muchas veces a la semana. Como solía hacerlo de adulto escribía un diario y pensaba ubicado tranquilamente en cualquier parte de su ciudad: alguna vez pensó como pensaban muchos de sus amigos que la “familia” estaba en crisis y que él nunca tendría una familia, pensaba en las mujeres solo para relaciones de sexo y no importaba cual mujer sería, pero prefería sinceramente las mujeres que no pudieran tener hijos, por ningún motivo quería un compromiso de ese tipo. Camilo el adulto jamás pensó que podría ser un misógino como se lo insinuó después su amante sicóloga. Las relaciones de pareja están en crisis se decía, pero no fue sino mucho después que descubrió que la sensibilidad de las mujeres era muy diferente: ellas se enamoraban y preferían la estabilidad. A ellas les dolía el abandono y no podían descifrar a ciencia cierta cuándo un hombre solo llegaba por su sexo, o en ultimas la mujer se las jugaban a perder o a ganar. El hecho de que un hombre así se enamorara de una mujer no significaba después de todo que quisiera la estabilidad o una relación estable. Podría enamorarse de su amante sin ningún compromiso en última instancia, por eso cuando alguna vez le dijo una mujer que sería madre él salió corriendo. Con ella él había roto la regla, la rompió por que la muchacha era estúpida, nunca sabría si aquel hijo fue su engendro. Camilo sentía entre nubes la entrada a su adolescencia, no sentía que había sido tímido, no quería recordar el día en que una sala de cine se le acercó aquella nena desconocida y le tomó una mano, no quería recordar que ella quería que entrara en acción, en vez de eso la entrevistó y ella ocupo otro puesto y besó a otro chico, no quería recordar eso y lo pasó por alto como algo sin importancia, no quería recordar que eso lo pudo marcar para toda su vida. Su madre alguna vez lo mandó a traer la bombona del gas, al alzarla para llevarla a su casa soltó un pedo, la reacción de los otros chicos no fue de risas sino de disgusto, un chico que estaba al lado con otros chicos le dijo que era un indecente y una chica que estaba cercana hizo un gesto de asco, gesto que después le seria familiar en muchas chicas que conocería, gesto acompañado de la acusación de viejo del todo infundada, pues de hecho era un adolescente, con reflexión supo después que aquello de viejo era una imagen de cuando no, pobre o feo, vulgar y obsceno. Cuando una muchacha le hacia un gesto demudado y extraño sabia que le tenían miedo. El gran amigo de Camilo, con el tiempo sería un lector empedernido, se casó ya tarde y sin la esperanza de tener hijos, su mujer lo pensó 10 años para aceptarlo, era una mujer no fácil pues después supo que en su trabajo era muy asediada, además fue acosada intensamente por un jefe suyo, un doctor que había sido comunista y tira piedra en la universidad y que se había vuelto conservador . Todavía al parecer jugaba a las dos cartas pero sin ningún criterio personal descubrieron después, tenía contactos secretos con los opositores al gobierno y era un acosador sexual de oficio.

Camilo siempre recordaba las palabras que el hermano menor de su madre le decía sentados ambos en la banca del parque cualquier atardecer cuando salían de la edificación en construcción: no recordaba el cansancio de la jornada de trabajo, ni las gotas de pintura que quedaban en su cara, sus brazos, ni la muchacha solitaria que él vio bailar en una azotea un día antes de partir para el exterior : pensaba siempre en esas palabras, que ya de adulto se convertirían en una obsesión, luego en las obsesiones de las lecturas de su mejor amigo: el tiempo. Hoy estamos aquí, lejos de nuestra ciudad-le decía su tío- pero es como si nunca hubiéramos estado aquí pues tu veras esto como un soplo de viento en tu madurez. Mira ese culote que va cruzando la esquina. Su tío, que vivía también en la casa de su tia, era un hombre inculto inmediatista y pícaro, con el que jugaba al billar los sábados, pero a su sobrino lo trataba como a un hijo. El tiempo que no acaba de dejar a Camilo llegar a la casa de su tía. Cómo extraño comer la carne de mi tierra-le decía Camilo a su tío-pero este estaba siempre obsesionado por comprar su casa en su Ciudad. Si, pensaba que el tiempo le había pasado como un soplo: tú tienes una bella vida, le decían y le decían: pero soy feo-pensaba él- pensaba que no había tenido adolescencia, recién terminada la escuela elemental su madre lo puso de aprendiz de mecánico, luego de carpintero, luego de ensamblador de autobuses, luego de ayudante en distintas fábricas y locales. ¿nunca aprendió un oficio? ¿Nunca tuvo una novia en su adolescencia? Le llegó como un rayo su imagen en el cuartel: un capitán lo había sorprendido masturbándose, en una noche de guardia él sorprendió a un recluta tratando de violar a un compañero de pelotón: el conscripto se había evadido del cuartel, había regresado borracho, Camilo hizo un tiro al aire, el tipo huyó. Esto le valió un castigo . Se preguntaba por qué su corazón palpitaba extrañamente en momentos menos pensados, por qué sus sueños eran tan laberinticos, por qué -sobretodo- el tiempo lo sorprendía siempre y lo humillaba. Cuantos años de reflexión para establecer un sentido para sus sueños. Su mejor amigo le preguntaba por sus sueños apocalípticos: mejor le explicaba algo similar a las escenas del vampirismo en la mitología griega: las hordas de Hécate, las Empusas le parecían los graznidos de unos cuervos que escuchó una madrugada, las Empusas en luna llena seducían a los ingenuos, luego asumían su verdadera forma para atacarlos. Camilo le narró a su amigo las consignas vampíricas del Cabo de su Pelotón cuando se entrenaban. Si -decía-mi país siempre ha tenido un conflicto civil, esas consignas vampíricas obviamente iban dirigidas a los enemigos. Su amigo le narró en cambio que para las culturas primitivas de la humanidad el canibalismo, el vampirismo en contra del enemigo le daba al vencedor su fuerza por eso practicaban esas formas rituales. Pero bien avanzado el siglo XX esas consignas eran barbarás y perjudiciales para la salud psicológica de los flacos reclutas: comer la sangre y beber la sangre del enemigo, así sea en sentido figurado era una barbaridad. Mucho tiempo después, Camilo reflexionaba el sentido de sus sueños. Creía haber identificado esa cara barbará que lo acechaba: su amigo le decía que si le hacía caso a las teorías de Jung se equivocaría (los sueños no son espejos de uno mismo), mejor que estudiara los propios conflictos ideológicos de su vida. Ese era un buen camino para tratar de entenderse él mismo. No sabía porqué el sueño de aquella noche le recordó la película: “Blade caza vampiros” la diferencia era que a él le parecía dividido en tres: ya dentro de la cápsula que lo convertiría en cazador quizá de sí mismo, algo falla y hasta su caballo que era dentro pagó las consecuencias ¿Quién era ese caballo que mostraba el miedo de un ser humano? En ese estudio concienzudo de si mismo dejaba que las “asociaciones de ideas” corrieran por su mente libremente: ahora llegaba a su mente: él no tenía por qué ser “ratón de laboratorio” ¿Para salvarse de qué? Se imaginó que en su caótica personalidad latía el corazón de Florentino Ariza, la lujuria de su decepción de amor. El mejor amigo del mejor amigo de Camilo siempre había odiado a su amigo, le parecía que era un tipo bastante odioso. Se tomaba muy en serio muchas cosas de la vida, eso era perjudicial, sobre todo pensaba que era un alienado, que era uno de los miles más, presos de la desorientación o contrariamente quizá muy orientado en el facilismo que propone el mundo moderno: si no es blanco es negro. Siempre había captado en sus ojos el odio o la ambivalencia del odio: veía como, cuando las ráfagas de odio lo invadían, sus ojos cafés se tornaban de un miel intenso, o sus ojos verdes se tornaban de un azul intenso. Le parecía que su mejor amigo era muy buen enemigo de su mejor amigo, que este con sus tendencias psicopáticas lo disfrutaba, buscaba el momento de verlo humillado. Su familia era mejor que la de Camilo, al menos eso creía. El padre del odioso era un pensionado del gobierno, había sido obrero, también un miserable hasta el punto que al morir dejó escondido en la habitación del olvido un paquete lleno del dinero que nunca gastaba en su familia. La mujer se había separado de él mucho tiempo antes, el odioso vivía con su padre aguantándole todas sus mezquindades, hasta que su hijo era también un patético mezquino, o un envidioso. La envidia era un mal que hacía más daño que la delincuencia , alguna vez leyó que las epidemias de envidia en una sociedad eran causadas por la excesiva marginalidad y la oligarquía en una sociedad; ya de adulto Camilo pensaba que ese tipo era un envidioso endémico a pesar de decirse de izquierda.
(12-2010)
*

El cabo Negro Pio era de una amargura terrible, sus gritos se escuchaban por todo el batallón haciendo temblar a algunos reclutas al gritarlos salvajemente. Camilo no recordaba cuando fue la primera vez que lo gritaron, quizá cuando trabajaba de ayudante de Armador de autobuses, el obrero del taller lo llamaba a gritos, lo regañaba, este pela gato ( se refería a que era un niño pobre) es un perro completo decía el obrero, sabía que se refería también a una cierta inteligencia que traslucía el chico. Camilo callaba, pero esto le dolía en el alma, luego no recordaba cuando él mismo se convirtió en un maltratador esporádico, cuando gritaba a la gente, había adquirido una percepción del maltrato, sentía cuando lo menospreciaban o lo criticaban, había perdido el respeto, podía gritar al que se le atravesara por el camino, alguna vez le dijo un conocido: “ tú podrías gritar hasta el presidente de la Republica”. Camilo se acercó al cabo que comandaba una formación de pelotón. Negro Pio le había ordenado llevarle una información, el Cabo lo miró de frente y sin ningún aviso le golpeó el estomago. Camilo se dobló por el dolor, ahora no podía recordar la aptitud de sus compañeros, más pudo imaginarse que algunos reirían, pero si descubrió después de mucho tiempo la broma de Negro Pio que era incapaz de reírse, de bendecir, negro pio era un vampiro sin ningún respeto por los reclutas, él era el que metafóricamente hacia repetir una y otra vez al pelotón que se debía chupar la sangre del enemigo y comer su carne. Después supo que el Cabo que lo golpeó lo llamaban “el loco”, había nacido en una provincia del litoral Atlántico donde el futuro de los muchachos sólo podía verse o en la policía o en las fuerzas militares. Su más lejano recuerdo de maltrato hacía pensar a Camilo, se veía siendo interrogado por un policía que lo apodaban el tigre, su bisabuela lo había acusado de robo. Casi al cumplir medio siglo de edad, pensó que las pesadillas de la adolescencia lo persiguieron toda su vida, reflexionó que no había tenido la voluntad de cambiarlas, Camilo lo pensaba pues a esa edad se encontró con su peor pesadilla en otro país extranjero, en un país en el que pensó que por ser desarrollado era muy civilizado, se encontró trabajando de operario y con compañeros de trabajo cuyo lema era “letra con sangre entra” otra vez tenía su peor pesadilla frente a él, pero esta vez debía aprender y no salir huyendo, pero esta vez tenía una mujer que lo constreñía a enfrentar la realidad a la que había huido siempre. Su mejor amigo recordó como un rayo a uno de los amantes de su abuela, le describía a Camilo su cara, era un viejo gordo y con cara de payaso, cargaba una bolsa de cuero repleta de monedas pues era conductor de autobús y debía dar siempre cambios , el viejo gordo jugaba con él, pero eso no es un maltrato le decía Camilo, pero creo, a él le debe su iniciación a una vida dedicada al erotismo, le decía a Camilo que lo veía acostado con su abuela, que una vez jugando el viejo entre sus dedos movió su pajarito y al mejor amigo de Camilo se le puso duro mientras su aptitud respiraba el puro juego . Tu mejor amigo le había contado sus últimos sueños, ya para llegar casi a medio siglo de vida es raro seguir soñándose desnudo y cumpliendo a medias el deseo de volar, son indicativos básicamente de una vida dedicada al erotismo, le había dicho su amigo. Pero atención, ya no se soñaba siempre desnudo y avergonzado entre la gente que estaba en el lugar y tratando de fingir indiferencia ante su desnudez y luego caminar rápido para ocultarse, ahora en sus sueños ya tenía algo de ropa, una sábana con que cubrirse, ya se podía avergonzar menos, el mejor amigo de su mejor amigo le había dicho que él había dedicado su vida a la vergüenza y a repetírselo siempre. Pero el mejor amigo de Camilo había dedicado su vida al erotismo, no había estudiado ni había trabajado, vivía de apariencias siempre, de préstamos pecuniarios y de pequeños trabajos dándose una imagen que no era la de él. Su mejor amigo le había dicho secamente que él parecía un actor. Eso le descubrió algo de su personalidad. De todas maneras, le había dicho, esos últimos sueños en los que tengo algo de ropa se deben a un propósito que había internalizado y en el que he pedido de todo corazón purificación ( cuidado con lo que se pide pues se cumple). Era tarde ya, se había convertido en un hombre verde. Para Camilo su vida había transcurrido en un laberinto del cual aún no salía. Los años que pasó en Europa significó para él cierta purificación. Los sueños de su amigo lo alejaban cada día más de sí mismo y sus sueños se convirtieron en un enigma para él ¿había perdido el sentido común? ¿había perdido el aspecto social de su realidad? El mejor amigo de Camilo solo se lo pasaba pensando en sí mismo, le había contado como si fuera un cura católico todos sus pecados. Quizá uno de los amantes de su abuela que más recuerda, era un viejo que siempre fumaba un puro y usaba un sombrero fino, siempre lo acompañaba un amigo de la empresa donde trabajaba que parecía ser su hijo, ese al parecer era el amante de la hija de la abuela. A pesar de que se veían elegantes, el amigo de Camilo no dejó de pensar que su extracción era de gente de la zona rural, recordaba al más joven sonreír siempre y parecía tener un diente de oro, el viejo nunca sonreía y solo chupaba el puro y dejaba escapar el humo entre sus viejos labios. Por muchos años a Camilo le temblaron las manos, mucho tiempo después pensó que se había debido a que se había masturbado demasiado, en su vida militar, aun en la escuela cuando inició… En ese momento alumbró un lejano recuerdo en el que su maestra lo eligió para que leyera en una actividad social de la escuela, recordó que sus manos le temblaron ese día en público; luego muchas veces más sus manos le temblarían cuando hiciera un actividad en público. El Teniente le vio temblar sus manos, el teniente siempre desconfiaría de él .En ese tiempo Camilo no se detenía a pensar la cantidad de compatriotas suyos que pasaban la frontera clandestinamente en busca de mejor futuro en el país de los petrodólares, en el que el centro del país estaba en el litoral, Camilo provenía de las montañas y el centro de su país eran las montañas, el litoral era la periferia. No se detenía a pensar en la tenaz cacería a los indocumentados de los países vecinos que entraban a Venezuela, Camilo todavía no había saludado a su tía, antes de llegar a la casa se ocultó entre los arbustos de un lote baldío y le dio rienda suelta a una indigestión, sin pensar que aquella muchacha que le gustaba pudiera haberlo visto. Pocos años después se veía llevando un regalo a una muchacha que le gustaba y que se había fijado en él, en vez de eso al llegar a la casa le dio el regalo a la hermana mucho más vieja y que le parecía horrible, maldijo esa noche y por mucho tiempo pues su corazón estaba con la muchacha, era un bobo pensó él de sí mismo, la vieja loca tuvo que haber salido esa tarde y no pudo preguntar por ella y decir que estaba enamorado de ella, se avergonzó, se llenó de miedo, gracias que se hubiera fijado en él, un obrero de brocha gorda y que había aprendido a beber cerveza, como se debe, en un negocio del barrio donde trabajaba, pero caramba esa chica que vendía por la calle comida lo vio bebiendo cerveza una tarde con otros obreros y dijo en voz alta que era el muchacho más guapo que jamás había visto y le lanzo un beso, a lo que este se hizo el desentendido ¿porqué? –Pensó- ¿porqué no aproveché? Porqué le entró un pánico que le hizo perder toda conciencia, un miedo a enfrentar la chica, su cabeza se llenó de los recuerdos desde cuando empezó a ser atractivo para las chicas, otra vez otra chica le lanzó besos y su padrastro se burló de él, no reaccionaba ante eso. El hombre verde se quitó la ropa frente a la chica, ésta sonrió indiferente, éste le dijo que hicieran el amor, ella se negó varias veces, el hombre verde insistió y ella accedió. Hicieron el amor esa vez y ella se fue. Luego la volvió a encontrar una y otra vez por la calle, el hombre verde le hacía el amor donde hubiera algún escondrijo oculto de la vista de la gente.
11-02-2011*
(el vestido de paño)
El amigo de Camilo ya le había dicho a su amante que pensaba irse del país por un tiempo e invitado por una institución educativa : le había dicho eso con el fin de tranquilizarla, pero a conciencia cierta pensaba abandonarla. Ella era 18 años mayor que él que había acabado de cumplir 47, pero ella se mostraba sumamente enamorada y con la intención de vivir con el amigo de Camilo como un esposo, lo que éste no admitía llegar a su conciencia pues tenía claro que ella era la que financiaba su inmediato consumo y aunque como decian vulgarmente "para el gasto". El amigo de Camilo terminó pensando que su amante de turno le gustaba mucho en los quehaceres del amor y si él lo sentía, ella también lo estaría sintiendo. Después ella le confesó que se sentía bien y que le gustaba mucho cuando él la penetraba, le confesó que pese haber estado casada por tantos años (pues era viuda) con su esposo nunca se sintió bien en la cama pues le tenía cierta repugnancia. El amigo de Camilo ya tenía programado no enamorarse de ella, pensando también en los hijos que de ninguna manera irían a estar no de acuerdo sino contentos con una relación así. De todas maneras ya pensaba saber cómo eran las mujeres y como se enamoraban rápidamente de un hombre idealizándolo de inmediato; ya había tenido muchas mujeres que lo habían idealizado. En vista del viaje ella lo ayudó a hacer los preparativos y hasta le regaló un vestido completo, incluida la corbata que él supuso que le podía servir para su presentación en esa universidad del exterior. El pantalón y el saco le quedaron un poco grande , pero el amigo de Camilo no vio problema en ello: ya antes había usado ropa que le quedaba un poco grande; en su eterna fascinación, el amigo de Camilo no se daba cuenta que la ropa le quedaba grande, incluso cuando la escogía en los almacenes o en los supermercados. En un tiempo estuvo convencido que por el tamaño de la ropa era su cuerpo, siempre quiso tener un cuerpo de atleta, pero él era un hombre delgado, luego haciendo ejercicio por consejo de un amigo logro mejorar mucho su apariencia física. El viaje del amigo de Camilo era completamente cierto e iba a estar completamente financiado por una vieja pretendiente con la que nunca había tenido sexo, pero si un enamoramiento de adolescente y perenne. Incluso estando con su amante, ella lo llamaba y este con cualquier pretexto hablaba con ella, bajo la mirada perspicaz de la amante. Lo primero que hace una mujer cuando está enamorada, decía él amigo de Camilo, es socializar la relación, por eso, decía Camilo, las relaciones de amantes terminan sabiéndose públicamente aunque si son de esas llamadas “tinieblas”. Pero Camilo conocía hombres que habían sido descubiertos después de 20 años de relación con su amante solo por un descuido en un mal momento. La verdad Camilo no conocía casos de “tinieblas” que no hayan sido descubiertos con el tiempo. En el caso de la amante del amigo de Camilo, ésta sabía que éste era soltero y no tenía nada que temer: poco a poco estaba dándole a conocer a sus amigas y a algunos familiares la relación con Camilo, con el fin de hacerle saber a sus hijos algún día y cumplir el plan de envolver al hombre en una relación matrimonial. Aunque el amigo de Camilo no le veía problema a que lo presentaran donde fuera -decía que hacía de tripas corazón- pues en el fondo su soltería los salvaba, sabía a ciencia cierta que eso era lo que hacía una mujer cuando quería perpetuar una relación, primero pedía ser presentada a los familiares de su macho. Pero el amigo de Camilo conocía que de ahí tenía que volar. Jamás se imagino -hasta que lo descubrió atando cabos- que esta amante lo había seguido por un tiempo aconsejada por una amiga suya que le había presentado y que según ella no dejaba cavo sin atar y así conocieron ambas mujeres muchas de las mujeres que él visitaba. El día de su encuentro con su enamorada, en el aeropuerto de esa metrópoli se puso el vestido que le habían regalado. Paso un tiempo en el que ya viviendo con su amor -después de mucho sexo, Camilo se desencantó de ella- volvió a pensar en la veterana que había sido su amante, y eso -decía- lo salvaba de las adversidades y frialdad de los países sumamente industrializados. Su amor le hizo saber que el vestido le quedaba grande y que en lo posible no lo volvería a usar. Camilo pensaba solo en la avalancha de chismes que había desatado su abandono a la vieja amante, ante la voz de su enamorada pensó que antes de dejar su país, ese vestido que lo había usado el hijo de su ex amante en su grado de bachiller -era un hombre sumamente acuerpado- también lo había usado su amigo verde, mejor dicho su amigo verde se lo había prestado a un amigo que debía asistir a un matrimonio y a su vez en ese matrimonio, lo pidieron prestado para otro matrimonio. Le dijo el amigo de Camilo a su enamorada que no volvería a usar ese vestido el que él había comprado con tanto sacrificio, a lo que Ella le sugirió que se lo regalaran a aquella muchacha del Cono Sur que a su vez se lo llevaría a su primo para usarlo en su matrimonio. El hombre verde agradeció a Camilo el gesto que tuvo en prestarle el vestido y Camilo lo vio entrar en la iglesia esa tarde antes de salir del país.
23-03-2011

martes, 1 de marzo de 2011

Los títeres enanos

De la galería de los “poetas menores” que existen en habla hispana, ninguno le pareció tan desesperado a Camilo (aparte de él mismo, por supuesto) que un poeta del que tuvo noticia por casualidad, que no sabía Camilo si era por convocar la “fama” como diera lugar y modo , o por hacerse notar de una forma imperiosa pues se dio a la tarea de usar el plagio como una forma de escritura propia ( Plagiaba a cualquier poeta que se la atravesara por el camino: hasta ahora Camilo no sabia si había plagiado a algún “poeta mayor”) hasta el punto de dividir la historia de su literatura en dos ( él en su megalomanía decía que había dividido la historia de la literatura en dos) : los poetas que son dignos de haber plagiado y los poetas que después no se ameritan ni de plagiarse. Camilo se preguntaba si él mismo merecía plagiarse de él, pero en el fondo le asustaba ese juego pues la literatura se tomaba muy en serio hoy por hoy hasta el punto de haberse construido horribles metáforas como la de que los productos literarios eran hijos de sus creadores “sangre y huesos”; era la desesperación del escritor contemporáneo, pues pensaba Camilo que ese era otro fenómeno de masas, eran escritores masivos como pintores masivos, habían poetas y escritores como maíz para gallinas decía Camilo, el escritor genial ya era un mito en la historia de la literatura y estos escritores masivos se peleaban sus derechos de autor como progenitores pelándose la custodia de sus hijos. Horrible aspecto presentaba la literatura pensaba Camilo. Ya se había destacado el hecho de que el arte actual había perdido su imprescindibilidad en el sentido que miles y miles de personas podrían vivir toda su vida sin ninguna noticia de arte. El arte ya no volvería a ser la misma y quedaba sometida a (como casi todo) a la libertad de conciencia- terrible noticia- Ahora Camilo no sabía qué clase de poeta era él (porque pensaba que contemporáneamente se negaba que la literatura era una, que ya no tenía razón de ser los géneros literarios) que todos los escritores eran simple y llanamente poetas. Camilo pensaba en Jorge Lemoine y Bosshardt según como lo presentaban en Wikipedia: era una presentación impresionante… “Nacido en Argentina en 1948, Jorge Lemoine y Bosshardt es un poeta, plagiador y auto promotor, quizá en orden inverso de relevancia. Es especialmente insistente, y ha creado al menos una veintena de títeres en Wikipedia para reponer una y otra vez el mismo texto. También se auto promociona en todo tipo de foros y ha llegado hasta el extremo de suplantar el nombre de personas críticas con él para auto promocionarse en Wikipedia (por ejemplo, Aitana Cortázar...” Camilo le parecía que ese juego literario ya no tenía razón de ser actualmente de tanto que se había jugado, pero en el fondo no se confesaba que eso lo hubiera querido hacer al menos unos años atrás. El que había inventado sin éxito y con suma ignorancia movimientos poéticos que ya habían sido inventados y hasta reinventados, él que vivía rodeado de mediocres que se creían geniales y le proponían inventar juegos que ya habían sido inventados ¿en el fondo envidiaba a Jorge Lemoine y pensaba que él jamás se fijaría en él para plagiarlo y si lo hiciera, pensaría que el haría lo mismo con él, tomaría a cada uno su s hijastros y los copiaría fielmente… Ah la literatura que puerca es hoy día, nadie piensa en robar los tesoros literarios que hay leyéndolos sino en crear porquerías que nunca llegaran a tener ninguna carta en la historia.
El poeta Jorge Lemoine usó recursos literarios que ya habían sido usado miles de veces. Quizá su merito si es que tiene alguno se deba a que osó usarlos hoy día, en una sociedad inundada de poetas menores, que creían en sus versos en un tiempo en que el verso ya había sido desterrado de la historia. El merito lo tenía en decirse descaradamente plagiador y suplantar a la gente real con sus títeres cuando los genios de este recurso habían inventado títeres que aun hoy día se creen que fueron reales, aun muchos creen que Pierre Menart fue el autor del Quijote (y lo creerán en el futuro). A Camilo no dejaba de parecerle esto increíble , pues a estas alturas de su vida no sabía cómo tomar la literatura , estaba tan confundido como hace 20 años cuando empezó a escribir pensando en los huevos del gallo, en las mujeres y en quien sabe que cosas más. Nunca podría olvidar que él sirvió de ejemplo a dos lindas niñas aspirantes a escritoras para que no cometieran tan disparatada empresa, y las que le recomendaron sus consejos fueron otras dos lindas niñas que aparentemente salieron deslumbradas de sus lecciones de escritor de más de 15 años en el oficio. Ahora Camilo no sabía para que servía la literatura, si para deslumbrar a uno o dos parroquianos o lanzarla en el tiempo para que la leyeran tres o cuatro despistados que les parecería lindos sus versos o su prosa. Camilo sintió como si hubiera descubierto el sentido de la realidad cuando leyó la biografía en wikipedia del reconocido “plagiador literario”, ni siquiera las noticias espeluznantes de la crónicas judiciales y políticas le hicieron parar en la realidad como el caso de este descarado plagiador que parte en dos la historia de la literatura: la que no sirve para nada y es tan practicada como los miles de pintores que abundan y tan megalómana como los miles de poetastros que se creen geniales, pero de todas maneras Jorge Lemoine le parecía un escritor genial, un títere más que se ríe de todos.

jueves, 18 de noviembre de 2010

REZA

El muchacho me había comentado el sueño que había tenido: estaba entre guerreros de la antigüedad que marchaban hacia una guerra; tenía una larga lanza y un escudo metálico que parecía una guitarra eléctrica. Pensé que por su origen, el sueño hacia relación con sus antepasados persas. Pudo haber sido un soldado del ejército de los Inmortales, en el antiguo imperio persa. Así que tú, en tu vida pasada fuiste un inmortal y ahora estas aquí, en Italia, en el 2010, pensé decirle, pero estábamos muy atareados. En mi caso, de la región donde nací fue ocupada en la época precolombina por indígenas de una etnia de artesanos y orfebres. En la conquista española, la población indígena se redujo notablemente por su rebeldía y los que no se suicidaron en grupos, se internaron en las profundidades de un Cañón que aun divide un caudaloso Rio. Con la construcción de ciudades, muchos españoles rebeldes huyeron a las montañas y se unieron a los indígenas, así se formó una nueva raza de la que puedo provenir en mi caso. El ruido de la maquina industrial me sacó de estas cavilaciones e invité a Reza a un café. Le dije Reza eras feliz en Irán, dijo sí, y tú, sí le dije, era feliz en Colombia.

sábado, 31 de julio de 2010

LA AMAZONIA



Del silencio profundo de la esencia humana, del sol de la propia naturaleza, surgen los gigantes bondadosos de la selva amazónica: el hijo más alto de la tierra, el caudaloso amazonas y su hermano gemelo, el rio Orinoco; éstos ríos son las venas de la inmensa selva amazónica: En sus caudalosas aguas, viven los míticos delfines rosados, que en noches de luna creciente salen a las playas a través de los cardúmenes de pirañas. La pureza del amazonas y el Orinoco, dioses del agua en un firmamento desolado, sin testimonios. Las estrellas en el firmamento como grillos poblando el inmenso árbol de la noche amazónica.
En la amazonia se levanta el bondadoso gigante que habla con las nubes como el Chimborazo en el ecuador: la cumbre más alta del planeta. El árbol de la castaña en su majestuosidad regala al hombre su fruto; afortuna mente la castaña no es maderable. La selva del amazonas no es el jardín vivo de Sudamérica ( Un jardín es una proyección de la conciencia, lo mismo que un paisaje) La amazonia es la biodiversidad más grande de la naturaleza: ella muestra el poder de la naturaleza y al mismo tiempo el destino del ser humano.

lunes, 12 de julio de 2010

LOS LLANOS


Las inmensidades de las sabanas llaneras de rojos soles de luna de vida de las palmas de los morichales de vida de los indígenas y de los campesinos llaneros. Las inmensidades del Rio Orinoco hijo mayor de la tierra flamencos y garzas de sus puras aguas. Las inmensidades rojas de aves y rosadas de delfines jugando y abrazando a la naturaleza pura e inmensa. El mundo queda mudo ante esta inmensidad.
El calor baña en sudor al llanero que cabalga en la sabana. Los indígenas beben el interminable sendero de las palmas de moriche y las raíces de agua. La brisa fresca baña la mañana y las sombras reverdecen y se asolean por el llano. El olor a hierba fresca alegra el alma de los campesinos y los chigüiros se pasean por la tierra y por las montañas del Guayanés presas de la soledad y de los terribles rayos del sol. Los Indios supieron de nacimientos milenarios en las entrañas de la tierra de jardines verdinegros moles de granitos alfombradas de densa selva tropical miles de tortugas a orillas del rio como montañas de nácar negro al atardecer caimanes al ritual de la tarde que cae.

Os llanos
As imensidões das savanas planícies de vermelhos sóis de lua de vida das palmas dos morichales de vida dos indígenas e dos camponeses das planícies As imensidões do Rio Orenoco filho maior da terra flamingos e garças de suas puras águas. As imensidões vermelhas de aves e rosadas de delfim jogando e abraçando à natureza pura e imensa. O mundo fica mudo ante esta imensidão.
O calor banha em suor ao homem da savana que cavalga na planície o vaqueiro Os indígenas bebem o interminável caminho das palmas de moriche e as raízes de água. A brisa fresca banha a manhã e as sombras reverdecem e se assoalham pelo plano. O cheiro a erva fresca alegra a alma dos camponeses e os chigüiros passeiam-se pela terra e pelas montanhas do Guayanés presas da solidão e dos terríveis raios do sol. Os Índios souberam de nascimentos milenários nas entranhas da terra de jardins verdi negros moles de granitos atapetadas de densa selva tropical milhares de tartarugas a orlas do rio como montanhas de nácar negro ao entardecer caimão ao ritual da tarde que cai.